Walkinshaw-Grano vencieron cómodamente
El desarrollo de las cuatro horas del Jarama, prueba puntuable para el campeonato europeo de turismos, ha sido el que se esperaba. Dominio total de los potentísimos BMW 3.0, con un duelo cerrado entre ellos, gran actuación de los pequeños Volkswagen Scirocco, que han podido dar un vuelco a la clasificación, y actuación española menos que discreta.
Pese a que la fecha de celebración de esta carrera está estratégicamente colocada en el calendario, por lo que se esperaba una asistencia masiva de pilotos extranjeros, la realidad no ha sido así. Una inscripción pobre y poco numerosa, en una prueba de esta categoría, hacía ya deslucir gran parte del espectáculo. Sólo los tres impresionantes BMW 3.0 y otros tantos Scirocco, además de algún otro vehículo de menos categoría -en el que se incluía la italiana Lella Lombardi, que ha participado en fórmula 1 y que acreditó su fama-, era todo lo que se podía ver.Frente a ellos, la participación española era poco numerosa y sin excesivas aspiraciones. Unicamente el equipo oficial Chrysler, actual campeón de España, podría haber, intentado hacer frente a la participación extranjera. Pero la pobre preparación de los coches de Villaverde del departamento de competición de Chrysler está este año dedicado a otras actividades en las que poco o nada puede hacer, casi tan sólo de comparsa-, hizo imposible que éstos dieran su auténtica medida.
De los dos coches que pretendía alinear Chrysler, uno de ellos ni siquiera llegó a clasificarse, mientras que el otro lo hacía sólo discretamente. De esta forma, pese a que la gran categoría de su piloto, Juan Carlos Oñoro, permitía que en las primeras vueltas, el vehículo rodara en sexta posición intercalado entre los mejores extranjeros, a pesar de los problemas de motor y de estabilidad que el coche tenía -Oñoro tuvo que hacer auténticos malabarismos para imponerse a algún BMW y Scirocco- antes de cumplirse el cuarto de hora de carrera, el campeón de España tenía que abandonar, con la junta de culta de su coche quemada.
El resto de los españoles poco pudo hacer por enfrentarse a los extranjeros Sanz, de Madrid, que se quedó sin embrague en la salida, rodó unas cuantas vueltas a un ritmo impresionante, tratando de recuperar la desventaja, pero pronto se quebró la caja de cambios de su Chrysler 2 L y tuvo que abandonar. Juncosa y Albacete mantuvieron un duelo particular en la pista, por la supremacía entre los nacionales, que se mantuvo incluso después de que la carrera terminara -al poner éste una reclamación a Juncosa que no prosperaría-, finalizando la prueba en estas posiciones, al haber adelantado el Seat del catalán, al Chrysler de Albacete en los últimos minutos. Detrás de ellos terminaría del trío Durán-Sanjurjo-Pavón, siendo éstos los únicos coches que terminaron la prueba, y precisamente en los últimos lugares.
La carrera en sí no tuvo mucha historia. Sólo el tremendo duelo que mantuvieron en la primera hora los BMW de Walkinshaw-Grano y Facetti-Finotto, con los primeros hombres al volante, puso algo de aliciente a la victoria. El veterano Facetti y el británico Walkinshaw se enzarzaron en una lucha que más parecía de noveles en fórmulas de promoción que de veteranos pilotos curtidos ya en muchas carreras. Los impresionantes coches se golpearon en muchas ocasiones en les intentos de adelantar y no ser adelantado. Pero una avería en la suspensión en el coche de Facetti hizo que estuviera detenido en boxes mucho tiempo, perdiendo toda opción.
Más atrás, los rapidísimos Scirocco -que cuentan con motores de Seolo 1.600 c.c. frente a los 3.000 c.c. de los BMW- siempre estuvieron al quite de cualquier eventualidad, logrando el primero de ellos el tercer puesto, tras los BMW de Walkinshaw-Grano y Van Hove-Joosen, pero sólo a poco más de trescientos metros del segundo clasificado, lo que da clara idea de lo que podría haber representado un pequeño descuido de aquél.
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