Sexta ronda de negociaciones comerciales España-EFTA
Hoy comienza en Ginebra el sexto período de negociaciones entre España y la Asociación Europea de Libre Cambio (EFTA) destinadas a llegar a un acuerdo, en una primera fase, de reducción de tarifas aduaneras para los productos industrializados y agrícolas, similar al firmado por España con la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1970.Al iniciarse estas negociaciones en junio de 1977, en los mismos días en que la EFTA y la CEE eliminaron totalmente los aranceles mutuos, se dijo que también esa constituía la meta final de las negociaciones entre España y la EFTA, previo un período no determinado de concesiones progresivas.
Tratándose de un problema tan complejo, ni los representantes españoles ni los de la EFTA fijaron plazos para el logro de un acuerdo determinado en las primeras concesiones. Sin embargo, es un hecho que en ambas partes se abrigaban esperanzas en el sentido de que los primeros resultados concretos se alcanzarían dentro de los primeros seis meses, sin que hasta ahora haya sido así. En la medida en que ha pasado el tiempo y se han sucedido los períodos o sesiones de trabajo, ha cundido el hermetismo por ambas partes, sin que se conozca oficialmente la naturaleza exacta de los obstáculos que se han ido encontrando en el camino.
Es un hecho que uno de los países de la EFTA que más obstaculiza la firma de un acuerdo es Portugal, dado el desequilibrio de la balanza comercial entre España y Portugal, inmensamente desfavorable a este último país que pide un trato preferencial llegado el momento de firmar el acuerdo. Esto ha dado motivo a conversaciones bilaterales entre los dos países, que se han efectuado en Madrid y en Lisboa.
Por otra parte, los otros seis de la EFTA (Suiza, Suecia, Noruega, Islandia, Austria y Finlandia) exigen un 60 % de reducción sobre una lista de productos, en circunstancias que España ofrece sólo un 40 % de reducciones para los mismos productos. Se sabe también, a través de fuentes oficiosas, qué la EFTA exige de España una reducción de las ayudas gubernamentales a los exportadores, contraria a los principios de los países integrantes de la Asociación Europea de Libre Cambio.
El mercado español, con 37 millones de consumidores, casi el mismo volumen potencial que todo el resto de los países de la EFTA, es apreciado por los expertos de esos países como un mercado muy cerrado, con grandes trabas burocráticas que también son señaladas como fuentes de divergencias.
Finalmente, a once meses de haberse iniciado estas negociaciones, existe un consenso en el sentido de que en la actual reunión no se llegará a la firma de un acuerdo definitivo, pero sí, que se avanzará lo suficiente, como para que el Consejo de Ministros de la EFTA, que se reunirá en sesión plenaria el 25 de mayo en Ginebra, pueda, con elementos concretos, dar un impulso a estas negociaciones.
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