Jornada de despedida en Vallecas

La jornada de esta tarde en Vallecas cabe calificarla como la de las despedidas. El Rayo disputa su último encuentro del campeonato. González y Guzmán son ya jugadores «colchoneros» y el propio Héctor Núñez está con un pie -en realidad con los dos- en el Atlético de Madrid. El rival es nada menos que el Barcelona, reciente campeón de Copa, que intentará consolidar, además, el subcampeonato de Liga. Cruyff también se despide de los aficionados de Madrid, aunque esto parece que le importa poco, y para completar los atractivos del choque, el Rayo necesita, al menos, un punto que le libre matemáticamente de cualquier posibilidad de descenso.

Precisamente el hecho de que el conjunto rayista aún no esté totalmente a salvo ha motivado que el Comité de Competición -inflexible en este caso- no accediese a la petición del club madrileño para que el partido se jugase el sábado, circunstancia que agradaba también al Barcelona, que había dado su conformidad. Así, la tradicional hora de las once y media se suprime y el encuentro comenzará a las cinco, como todos los de Primera.En el ambiente rayista la semana ha estado ciertamente movida. En principio, el affaire del Villamarín sigue ocupando el primer plano de la actualidad. La posible tensión que haya podido existir entre los jugadores del Rayo puede hacerse notar lo suyo, a pesar de que Héctor Núñez ha intentado durante la semana realizar un trabajo de «mentalización» en sus jugadores. El propio Héctor se ha convertido en el eje del rumor -noticia más bien-, que le señala como sucesor de Luis en el Atlético de Madrid. Para el partido de hoy, Héctor Núñez ha prescindido de Rial -habitual titular- y de Astegiano, jugador que siempre figuraba entre los convocados. Ambos han quedado fuera de la lista, en beneficio de Salazar, un hombre que no ha tenido ocasión de mostrar sus condiciones en el Rayo, aunque llegó del vecino Getafe con fama de goleador.

El Barcelona llega al completo y lo hará hoy mismo. Michels ha preferido esta vez no concentrar a sus jugadores, muy cansados por la densa campaña en tres frentes que han venido realizando. El técnico holandés, por cierto, no seguirá al frente del Barcelona el próximo año. El mismo ha afirmado que ninguno de los posibles candidatos a la presidencia barcelonista se ha dirigido a él en este sentido. Al Barcelona le interesa el partido. Necesita puntuar para asegurar el subcampeonato de Liga, y acaso traerá también un deseo de revancha por el punto que el Rayo le arrancó del Camp Nou en la primera vuelta. Cruyff definitivamente se despide de los aficionados madrileños, aunque de sus declaraciones se desprende que esta circunstancia le trae sin cuidado.

El equipo azulgrana ha obtenido a lo largo del campeonato doce puntos en sus desplazamientos. Sólo ha ganado en los campos del Cádiz, Elche y Real Sociedad, empató en seis ocasiones y perdió en las siete salidas restantes. La fortaleza de su línea defensiva -la menos goleada de Primera y Segunda-, en la que sobresale Migueli, Olmo y un renacido De la Cruz, la sempiterna presencia de Asensí en el medio campo, la fuerza de Neeskens, y adelante la sapiencia de Cruyff y Rexach y la habilidad del moreno Bío, configuran al equipo azulgrana como favorito del encuentro.