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Reportaje:Urbanismo madrileño. "El plano de los horrores"/1

Madrid y su provincia podrían concentrar el 40% de la población nacional

La provincia de Madrid llegaría a concentrar el 40% de la población española, en caso de cumplirse las exigencias urbanísticas reflejadas en un plano que obra en poder de la Comisión de Planeamiento y Coordinación del Area Metropolitana (Coplaco). Practicada una serie de preguntas a los directivos actuales de este organismo, éstos han explicado la historia de este fenómeno urbanístico a Jesús de las Heras.

Elías Cruz, delegado del Gobierno en el Area Metropolitana, tiene colgado en la pared de su despacho oficial, y en sitio preferente, un plano que ha sido bautizado como El plano de los horrores. Así se conoce en la Coplaco esta representación de la provincia de Madrid confeccionada con colores que señalan las distintas edificaciones ya realizadas, dentro o fuera de planeamiento, así como las peticiones y exigencias de los municipios y de la iniciativa privada, en base a licencias conseguidas fuera del planeamiento vigente o de proyectos en ciernes.De llevarse a cabo las actuaciones marcadas en este plano, la provincia de Madrid pasaría a concentrar el 40% de los habitantes de toda España.

Peligro detenido

El peligro, no obstante, y hoy por hoy, está conjurado. «El 50% de las actuaciones que contempla este plano ha sido detenido. El plano se viene configurando desde hace unos dos años y, en el momento actual, sólo quedan peligrosamente pendientes de anular unos cuantos proyectos». dice Elías Cruz.

-¿Por ejemplo?

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-Once mil viviendas de una urbanización de Fuenlabrada, Fanmily Club, es quizá el caso más relevante. En cuanto a lo ya anulado, destacan 35.000 viviendas en Valdemoro, 28.000 en Villarejo de Salvanés, 20.000 en Tielmes, 20.000 en Griñón. 40.000 en Fuenlabrada. 20.000 en Collado Villalba, 12.000 en San Martín de la Vega y otras 13.000 en Parla, aunque la anulación de éstas ha llegado tarde. porque ya están ejecutadas. Además se ha conseguido que sigan en su calificación de zonas rústicas setenta sectores. que también habían sido señalados para edificar en ellos.

-Qué espacio le queda a Madrid?

-Pues, aparte de pequeñas calvas, de las 60.000 hectáreas ordenadas por planes generales en el término municipal de Madrid, sólo quedan ya verdaderamente disponibles unas 15.000 de suelo rústico. Aquí vivimos aproximadamente cuatro millones de personas. Por esto hemos ya apuntado alguna vez la posibilidad de que fuera necesario establecer un crecimiento cero. En todo caso, es un factor importante a la hora del estudio del futuro planeamiento. En el resto habitan, según datos de 1975, un millón de personas. Téngase en cuenta que el Canal de Isabel II sólo asegura agua para nueve millones. Este otro factor importante para el proceso urbanístico, por eso resulta inexplicable que se hicieran peticiones de construcción, las cuales, junto a lo ya hecho, multiplicaba terroríficamente esta población Las disponibilidades actuales son desde luego, mayores que en la capital, pero su reparto ha de ser armónico, pues, si no, se producirían nuevos desequilibrios fatales.

« Hablando claro -añade- según cálculos de prestigios urbanistas, la especulación del suelo alcanza unos valores entre los 40.000 y 50.000 millones de beneficios anuales. Es muy difícil luchar contra esto. Es preciso que el incumplimiento del planeamiento sea causa de destitución y procesamiento de los responsables. También es verdad que, en estos momentos, existe una fuerte unión entre Coplaco, Gobierno Civil, Ayuntamiento de Madrid y Colegio de Arquitectos. en cuanto a evitar y sancionar infracciones.»

Un futuro lastrado

«Las actuaciones a nivel municipal de los últimos años. en general viciadas de oportunismo, constituyen, en gran parte. un considerable lastre para el futuro. Tal modo de actuación no debe poder repetirse. Los deseos municipales más o menos coherentes y justificables. no pueden constituir por sí solos una base racional para el futuro metropolitano de Madrid. Participación en el planeamiento no es petición asegurada de obligadas concesiones, sino entrada en el conocimiento y debate de los problemas y de sus soluciones viables en función de los medios disponibles. Esto hay que entenderlo así. »

-¿Cómo va a evitarse esto de una manera práctica?

-En primer lugar, estando alerta. No se puede olvidar que el volumen de los intereses en juego fue grande y cada vez es mayor, y que los grupos interesados supieron defenderlos con éxito en el pasado, manejando como bandera eslóganes que, incluso, en gran medida, eran contradictorios unos con otros -y que se adaptaban camaleónicamente a la coyuntura de cada momento-, tales como industrialización y luego descongestión industrial, desarrollismo, y después estabilización, vivienda turística, y más tarde vivienda social, etcétera. No podemos sorprendernos si en el próximo futuro los intereses especulativos se revisten con bellos motes al uso invocando el democratísmo, el autonomismo, el participacionismo y hasta el ecologismo, para conseguir sus fines. En segundo lugar, iniciando ya las bases para ordenar un planeamiento general y director que impida la anarquía urbanística.

Dos años para el plan general

El delegado del Gobierno en el Area Metropolitana explica así los frentes de actuación en este sentido: «Paralelamente a lo que ya se está haciendo, el control del planeamiento del 63, las remodelaciones y equipamiento de barrios, así como creación de suelo calificado, hay que realizar la revisión del plan general y acometer el plan director. Esto llevará dos años como mínimo y muchos más medios de los que disponen ahora. Parece que el Gobierno lo ha entendido ya. Si se quiere hacer un planeamiento racional de Madrid, esto exige técnicos bien pagados y participación democrática de todos los afectados. Otra cosa seria seguir engañando. Junto a esto, dotar a Coplaco de mayor capacidad ejecutiva. En sus quince años de vida, cosas que no ha evitado han sido, en muchos casos, porque no ha podido.»

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