Termina la Conferencia de Ministros del Deporte

Terminó ayer en Londres la segunda conferencia de ministros europeos responsables del deporte. El propósito de instar a los respectivos Gobiernos a impulsar el deporte y la celebración de una tercera conferencia en Madrid, dentro de tres años, fueron los acuerdos finales.La conferencia duró cuatro días y a la misma asistieron veintidós delegaciones ministeriales. Los problemas más debatidos fueron los de la excesiva politización del deporte, el profesionalismo, el dooping y la violencia generada por los deportes de masas. En este último aspecto hubo el acuerdo de extremar las precauciones para evitar los problemas que cada vez son más frecuentes en este orden. Igualmente se aprobó el rechazo total a la discriminación racial en el deporte y a su uso para fines políticos. En este sentido se decidió reducir en lo posible el empleo de banderas e himnos nacionales.

La conferencia creó cuatro comisiones de trabajo para estudiar a fondo las raíces de la violencia en el espectáculo deportivo; las causas se achacan no solamente al excesivo entusiasmo por unos colores, sino que se estimó que está relacionado con factores sociales.

Respecto al dooping, que mereció una atención especial, se llegó a la conclusión de que era preciso que los Gobiernos colaboraran con asistencia técnica y económica al establecimiento de centros de control en los que pueda detectarse la utilización por parte de los deportistas de sustancias prohibidas. La catalogación de los conceptos profesionalismo y semiprofesionalismo -catalogación impuesta por la creciente invasión de publicidad en las competiciones- fue aceptada por la conferencia a propuesta de la delegación española.

Benito Castejón, que asistió como representante máximo del deporte español, expresó su satisfacción al término de la conferencia, que calificó de provechosa e importante. Las resoluciones adoptadas no tienen carácter legislativo, ya que la conferencia no tiene tales poderes, pero representan una importante base de sugerencias para que los organismos capacitados para ello puedan desarrollarlas, y supone al tiempo una importante unificación de criterios.