_
_
_
_

El Madrid, mal y sin suerte

El Madrid sufrió en Valencia una nueva derrota -séptima ya del Campeonato- ante un equipo reservón y sin grandes virtudes. El mal momento madridista, agravado por la abundancia de bajas, ha convertido al líder lanzado de la primera vuelta en un conjunto inofensívo, que invariablemente va contando sus salidas por derrotas. El Valencia sólo hizo fútbol de lucimiento al final del partido, cuando ganaba por 2-0 y el Madrid jugaba con un hombre menos por expulsión de Guerini.Se presentó el líder en el Luis Casanova con cinco bajas en lo que podríamos definir como su once ideal: Camacho, Del Bosque, Stielike, Jensen y Juanito. A pesar de eso y de la conocida baja forma general, Molowny alineó un equipo con tres puntas de ataque, Aguilar y Macanás -carne de banquillo desde hace mucho tiempo- saltaron al campo con la misión de darle al Madrid una alegría y una rapidez de las que viene careciendo, y con la de ofrecer a Santillana el número de servicios suficientes como para que su presencia en el campo resultase algo más que una amenaza. Pero la voluntad de ataque de Molowny se contradecía con su interés defensivo, porque mantuvo hasta que estuvo perdido el encuentro a dos ¡iberos en el centro de la defensa -Benito y Wolff-, mientras San José se sacrificaba en la persecución de Kenipes por todo el campo -el argentino ha aprendido de Cruyff a esconderse por cualquier parte- y Sol e Isidro vigilaban a Felman y Valdez, los únicos puntas auténticos del Valencia. Con ello, al Madrid sólo le quedaban dosjugadores para el trabajo en la media, Pirri y Guerini, que tenían que moverse entre tres valencianistas, Saura, Arias y Castellanos, hombres los tres de especial poderío fisico. Así, resultaba que la alineación de tres jugadores de vanguardia por parte del Madrid se convertía, más que en un alarde de interés ofensivo, en un innecesario sacrificio de elementos; con el flojo apoyo que podían darles Pirri y Guerini, tan atosigados por la superioridad numérica del rival en esa zona, estaban condenados a entrar poco en juego y a no servir de nada, como ocurrió.

Por suparte, el Valencia demostró excesiva cautela; dado que jugaba en casa y que el Madrid anda tan justito de fuerzas, estaba obligado a hacer más, a buscar un lucimiento que habría podido obtener sin mucho riesgo. Pero prefirió la prudencia, acaso por ese respeto que siempre inspira el Madrid aun en los peores momentos, y no jugó más que con dos hombres punta y pocas incorporaciones atrás. Entre eso y los dos líberos del Madrid, el partido parecía llamado a ser uno de tantos que se consumen sin emoción y sin jugadas de área. Y más cuando en el minuto nueve se encontró el Valencia con un gol poco menos que involuntario de Valdez. Y, en efecto, la primera parte resultó tediosa, sólo animada por algún que otro buen disparo esporádico.

La segunda mitad comenzó con más alegría por cuatro agujeros consecutivos de la defensa del Madrid, que obligó a Miguel Angel a jugarse los dientes en salidas temerarias. Luego, otra vez lo mismo. Gracias a un penalti el Valencia mejoré su resultado y el Madrid poco a poco, con esa especie de vergüenza torera que siempre le ha caracterizado en sus malas rachas, comenzó a echarse hacia adelante y sacó a Wolff de la defensa para meterlo en la media. Pero Guerini -que no estabajugando mal- hizo una tontería que le costó la expulsión, y cortó así en seco las poquísimas posibilidades que tenía el Madrid de mejorar el resultado. Pese a esta baja, el líder siguió dando la cara a fuerza de descubrirse atrás, y fue sólo entonces cuando el Valencia trenzó -con todo a su favor- un fútbol bonito, de contragolpe, rápido y al toque. Miguel Angel lo pasó mal en los últimos minutos, en los que intervino bastante, y sólo la mala fortuna de Kempes, que falló goles cantados, impidió un resultado espectacular. El Madrid se salvó por chiripa de la goleada, pero se dejó este domingo otros dos puntos de la ventaja -hace no mucho tiempo de seis- que llevaba el Barcelona. Ahora ya sólo hay uno de distancia entre los dos equipos, y lo peor paía los madridistas es que el equipo en alza y con moral de perseguidor suele tener ventajas en estos casos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_