El Atlético pasó de la esperanza a la eliminación
El Brujas, como estaba previsto, no se fue sin marcar de Madrid y eliminó al Atlético de la Copa de Europa. Los rojiblancos, que llegaron al descanso con la eliminatoria igualada, encajaron después un gol que les obligó a marcar dos más para superar a su rival y aunque lograron otro inmediatamente, un segundo belga terminó con sus esperanzas. En la primera parte el campeón -todavía- español tuvo el acierto de obtener dos goles ante un Brujas demasiado conservador y jugando peligrosamente al fuera de juego. Pero en la segunda, al sacar Happel a otro delantero. Verheecken, cambiando su clásico sistema de juego de 4-4-2 por un 4-3-3 más ofensivo, el Atlético anduvo desorientado. Cools, que quedó muy libre, fue su puntilla.El Atlético pasó de la esperanza de la primera mitad a la realidad de la segunda. Comenzó jugando con rapidez y abriendo juego a las alas, aunque no logró más que una vez, en el segundo gol, sorprender al Brujas. De cualquier forma, el Atlético dominó, pese a que Marcial -que se emparejó al principio con Courant- anduvo desbordado por velocidad y de ahí que vigilara después a Van der Eycken, más retrasado. La razón fue que Happel rompió inicialmente su gran centro de campo habitual, sacando a Sanders para marcar a Levinha y sacrificando a Deccubber -autor de uno de los goles del primer partido- de hombre libre por el algo lesionado Krieger. Como además Marcelino recorrió más kilómetros que Haro en un cross y al menos molestó a Van der, Eycken y Courant -se intercambió con Marcial- todo ello fue una ventaja suficiente para que el cuadro de Luis tuviese más suerte al buscar las ocasiones para merecer los goles.
El panorama, sin embargo, cambió en la segunda mitad al cambiar también Happel el sistema de juego de su equipo. Se arriesgó a conseguir el gol que por su valor doble podía ser decisivo y lo logró. El que lo marcara Cools, además, no fue ninguna casualidad, pues el que fue considerado mejor deportista belga de 1977 demostró su peligrosidad y calidad cuando el Atlético se olvidó de marcarle. El recién entrado, Verheecken, s colocó de extremo derecho y Ayala, que había «secado» a Cools en la Primera parte, tuvo que dedicarse a él. Cools se emparejó entonces con Leivinha y el brasileño, que no es marcador, le dejó suelto. El tercer gol de Marcial fue, pues, un espejismo, y sólo devolvió las esperanzas once minutos. La realidad, aunque rozara el fuera de juego, la acabó, de imponer con su último tanto Lambert, que tendría después otra oportunidad de oro, al estar a punto de marcar de un precioso taconazo. Incluso se le anuló otro gol a Cools por tocar un balón en su mano tras un avance, pero que casi fue involuntario. El Brujas tenía ya la eliminatoria en las manos.
Al final se pudo hablar de mala suerte rojiblanca en una ocasión de Cano y alguna otra de Pereira, lanzado el equipo al ataque. Pero ya fueron fuegos de artificio. El Atlético hizo bastante con ganar el partido, pues si tuvo el fallo de no marcar a Cools, acertó en más ocasiones de las esperadas. Con una campaña como la suya, con tantas desdichas, no podía llegar otro milagro como los del Dinamo o el Nantes.
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