El alemán Stielike
volvió a tener sus fricciones en el partido contra el Rayo. El árbitro le vigiló con dedicación especial, aunque esta vez no «se pasó». Con su fuerza de siempre, sin embargo, y al conseguir un gol impresionante, «a la alemana »,demostró nuevamente que el Madrid no se equivocó en nada al ficharlo. Sin tener una gran clase, se trata de un profesional extraordinario, capaz no sólo de tapar las deficiencias de sus compañeros con un derrocho enorme de facultades, sino también de levantar clamores en los graderíos ente la belleza suprema del gol
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