La reglamentación sobre el "doping" es demasiado abierta
Príncipe Duero fue distanciado del Criterium, en el que batió a Barilone, la temporada pasada de otoño, ya que según informaron los comisarios, sus análisis habían dado positivos. De fuentes bien informadas se pudo saber que la sustancia aparecida en el análisis de Príncipe Duero había sido bicarbonato. Entonces, muchos se preguntaron si el bicarbonato hacía correr más a un caballo.Este distanciamiento levantó muchas polémicas, ya que mientras para algunos era justo, para otros no lo era. Entre estos últimos se encontraban un buen número de profesionales. Los comisarios dije ron aplicar los acuerdos de Roma al pie de la letra, acuerdos por los que se rige toda la reglamentación del doping en nuestro país. Las sustancias y los productos prohibidos son: drogas que afectan al sistema nervioso autónomo; al sistema cardiovascular; las que actúan sobre las funciones gastrointestinales; antibióticos y drogas sintéticas, con propiedades antibacteriaIes, antivirales y antiespasmódicas; drogas antipiréticas, analgésicos y antinflamatorias. Igualmente está castigado el uso de: diuréticos, analgésicos locales, relajantes musculares, estimulantes respiratorios, hormonas sexuales, esteroides, anabolizantes, corticoides, secreciones endocrinas y sus homólogos sintéticos; sustancias que afecten a la coagulación de la sangre y sustancias sintéticas y antipalúdicas.
«La lista de sustancias prohibidas en España es muy abierta y demasiado inexacta», ha comentado a EL PAÍS Carlos Corbalán, veterinario de la cuadra Mendoza, ganadora de la estadística del pasado año. «Según esta lista están castigados los tratamientos terapéuticos y, como tal, se puede considerar una simple ducha de agua. »
En Argentina, país de donde procede el doctor Corbalán, hay dos clases de doping: el conocido como tratamiento medicamentoso, nombre que se da al tratamiento recibido por un caballo a causa de alguna dolencia, y el uso de alcaloides. El primero está sancionado levernente, y el segundo, muy castigado.
«Los alcaloides, la cocaina, la cafeína y las anfetaminas sí se pue den considerar doping, ya que actúan como estimulantes, pero no se puede llamar doping a cualquier sustancia», añadió el doctor Corbalán.
Para el doctor Ponce de León, veterinario de la Sociedad de Fomento, según dice en su libro Normalizaciones analíticas del doping, éste «es una práctica prohibida por reglamentaciones, que se utiliza en los caballos de carreras con la finalidad de modificar su rendimiento en las mismas y que puede evidenciarse clínica o analíticamente ».
El código de carreras de la Sociedad de Fomento indica que el unico responsable del estado en que corra el caballo es el preparador, de ahí que una de las sanciones que los comisarios imponen, a consecuencia de que un análisis dé positivo, es la retirada de licencia.
En España se ha avanzado, indiscutiblemente, mucho en la preparación de caballos, a los que se trata como verdaderos atletas. El veterinario de la cuadra Mendoza comentó al respecto: «Cuidamos al máximo a nuestros caballos preocupándonos de su estado vitamínico, pues hay algunos que apenas necesitan cuidados y otros, por el contrario, que precisan una vigilancia casi continua. »
Varios de los veterinarios con los que hemos hablado se quejan de que debía de estar reglamentado en qué momento ha de dejarse el tratamiento a un caballo para que no dé positivo un análisis y se pueda considerar doping sin serlo.
Pero la polémicadel doping no sólo se da en nuestro país. En Estados Unidos, en el año 1968, se celebró un juicio que levantó mucha expectación entre todos los turfistas. Un propietario reclamó contra la Racing Asotiation, que habla acusado a su caballo, ganador del Derby de Kentucky, de haber corrido dopado con butazolinida. El propietario ganó el juicio y la butazolidina no se consideró doping. Esto demuestra que todo es relativo.
Los análisis más corrientes después de una carrera son los de saliva y orina. Estos últimos se sustituyen por los de sangre, si a la media hora de la carrera el caballo no ha orinado. Los veterinarios españoles tomaban, hasta hace dos años aproximadamente, dos muestras, pero ahora se toma sólo una. Los preparadores, el 12 de noviembre de 1976, enviaron una carta a la Sociedad de Fomento solicitando tres muestras, de las que una de ellas sería para ellos. La Sociedad consideró más segura una sola y así se está haciendo actualmente.
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