UGT y CCOO convocan las elecciones sindicales entre el 16 de enero y el 6 de febrero

Ya hay fechas para las elecciones sindicales. Se celebrarán entre el 16 de enero y el 6 de febrero del próximo año, según acordaron ayer las dos centrales sindicales hegemónicas, CCOO y UGT, en reunión conjunta. El acuerdo y la reunión, primera a nivel de secretarios generales de ambas organizaciones tras su criticado enfrentamiento en un programa de televisión, supone también un clima de distensión de cara a las previsibles pugnas electorales.

Tras una reunión de cuatro horas en la sede del secretariado de CCOO, las dos delegaciones convocaron a una rueda de prensa, en donde todo fue concordia y amabilidad entre ambas, para dar cuenta de los acuerdos y del nuevo espíritu de sus relaciones «que trasciende al armisticio, y no llega a la unidad orgánica». Por CCOO asistió su secretario general, señor Camacho, y los señores Sartorius, Torres y Gaytan. Por UGT, además del secretario general señor Redondo, los señores Chaves, Garnacho y Almunia.Tomó en primer lugar la palabra el señor Chaves para explicar el desarrollo de la reunión, que había estado precedida, antes de entrar en los puntos del orden del día, por un análisis de la situación política, social y económica que atraviesa el país. En este punto como en el relativo al decreto de normas provisionales para convocatoria de elecciones sindicales -y esto lo reiteraron numerosas veces a lo largo de la rueda- hubo acuerdo e identidad de criterios entre ambas organizaciones. CCOO y UGT, ante la grave situación política y económica, y ante la necesidad de negociar numerosos convenios en fechas inmediatas y cubrir la representatividad de los trabajadores y contribuir a la implantación de la libertad sindical, aceptan el decreto regulador «no obstante los aspectos criticables del mismo». Las dos organizaciones acordaron, en consecuencia, que las elecciones se celebren en el marco legal del decreto entre los días 16 de enero y 6 de febrero, recomendando que en todos los ámbitos (nacionalidad, región, provincias, polígonos o empresas) se concreten las fechas más oportunas, dentro de este plazo, en consonancia con las circunstancias específicas de cada caso. Este aspecto y el deseo de otras centrales de que no se celebren todas las elecciones en un solo día, además de la intención de diferenciarlas de las elecciones políticas, ha movido a las dos organizaciones a arbitrar un período más dilatado.

De estos acuerdos, en forma bilateral, ambas centrales darán cuenta a los demás sindicatos democráticos. También decidieron las dos organizaciones que en los supuestos que el decreto contempla de listas abiertas, sus candidatos acudirán acompañando a sus nombres con las siglas de la central, y solicitar de las organizaciones de empresarios y del Gobierno entrevistas urgentes para tratar sobre los derechos y garantías de la campaña electoral y sobre la realización práctica de las elecciones.

Sobre las elecciones que ya se han realizado en múltiples empresas no ha habido acuerdo -tampoco discrepancia, según dijeron- en cuanto a su validez o no. Dependerá de cada caso. Igual solución dieron en cuanto a la negociación o no de convenios que vencen a finales de diciembre, es decir, con anterioridad a las elecciones.

En relación con los acuerdos del pacto de la Moncloa, CCOO y UGT acordaron instar al Gobierno para que de forma inmediata responda sobre el calendario que de común acuerdo las dos centrales le plantearon en la última reunión del 7 de diciembre, especialmente en lo relativo a la revalorización de pensiones y a la obligación de las empresas de comunicar la masa salarial con carácter previo a la iniciación de la negociación colectiva.

Negociación colectiva

Ante la necesidad de establecer un nuevo marco de relaciones laborales en consonancia con la libertad sindical, CCOO y UGT «tuvieron un amplio cambio de impresiones sobre la negociación colectiva actual en sus diferentes niveles», acordando «dada la complejidad del tema» celebrar una reunión sobre el mismo la semana próxima.Existen importantes diferencias entre ambas organizaciones, que no salieron a relucir en la rueda de prensa, en el tema de la negociación colectiva. Prueba de ello son los últimos conflictos, especialmente el actual de la construcción de Madrid.

Boicot a los amarillos

En la rueda, también estaba en el orden del día del encuentro, se trató de los intentos del Gobierno y de UCD de promover sindicatos amarillos. Se habló de los peligros que representaba la duplicidad de colegios electorales de cara a su consolidación y se expuso el acuerdo de ambas centrales de «negarse a participar con dichos sindicatos en reuniones o negociaciones donde estén presentes».«Esa especie de guerra más o menos fría que existía entre nuestras organizaciones va a encontrar su freno definitivo», afirmó el señor Camacho. «No vamos a institucionalizar los contactos -añadiría el señor Redondo- pero sí vamos a fomentar los encuentros frecuentes.» Con estas y parecidas frases CCOO y UGT daban a entender que iban a luchar conjuntamente para que el amarillismo no aprovechara los vacíos que creaban sus enfrentamientos.

Nicolás Redondo, tras recordarle el apoyo del PC y CCOO al proyecto de acción sindical elaborado por UGT y presentado por el PSOE a las Cortes, afirmó que su central y el PSOE apoyarían, aunque tal vez con alguna enmienda, el Código de los Derechos del Trabajador redactado por CCOO y presentado al Congreso por el PCE.