Carrillo conmemora el aniversario de su primera rueda de prensa clandestina

Santiago Carrillo, secretario general del Partido Comunista de España (PCE), se reunió ayer con un grupo de periodistas, en el mismo piso de la calle Alameda donde hace un año celebró su entrevista clandestina, días antes de que fuera detenido por la policía gubernativa.

En tina conversación informal, el señor Carrillo hizo un balance de la última etapa de su partido 31 de los cambios ocurridos en el país durante los últimos doce meses. Afirmó que se había avanzado bastante en este tiempo, aunque todavía falta mucho camino para llegar a una democracia estable. Destacó la presentación de su conferencia por Manuel Fraga, en el Club Siglo XXI, y el hecho de que él pueda entrar y salir libremente de la Moncloa, entre los datos más significativos del cambio de situación.Insinuó también la conveniencia de que las elecciones municipales se celebren después de aprobada la Constitución, por ejemplo en el mes de junio, aunque el presidente del Gobierno está dispuesto a hacerlas en marzo, si los partidos así lo reclaman.

Al citar su reciente entrevista con Felipe González, dijo que hablaron de poner fin a la guerra de las últimas semanas, «que a veces la prensa trata de agudizar con preguntas y cuestiones maliciosas», y convinieron que entre los dos partidos hay que crear un ambiente de buenas relaciones, contribuir a la democratización de la política de orden público y evitar guerras de religión en torno a los problemas de la educación.

Respecto a su entrevista con el Rey, dedicó un elogio a la persona de don Juan Carlos. Aunque manifestó no poder revelar el contenido de la audiencia, afirmó que habían estado de acuerdo en la necesidad de consolidar y estabilizar la democracia. «El valor de la entrevista es que el Jefe del Estado no coloca ningún veto al PCE y lo considera un factor importante en el proceso de democratización. »

Ante el comentario de un periodista sobre el éxito editorial del libro de Jorge Semprún Autobiografía, de Federico Sánchez, Carrillo dijo que no lo había leído y no pensaba hacerlo, porque dada la gran cantidad de libros que se publican, «tengo que sacrificar los que son interesantes. En cualquier caso, nunca creí que Semprún escribiera una cosa así».