Suárez, dispuesto a no ceder en su concepción unitaria del partido
Aunque fuera del orden del día, el tema candente que tratará hoy el consejo político de Unión de Centro Democrático (UCD) será la disolución formal de todos los partidos que la integran con anterioridad a la celebración de su congreso constituyente. Según todas las fuentes consultadas, el presidente Suárez presionará fuertemente en la reunión para que se lleve a efecto la disolución, ya que, a su juicio, el congreso constituyente de UCD, previsto para primeros de año, debería dedicarse exclusivamente a la elaboración de un auténtico programa de cara a futuras elecciones.
De los partidos que integran la todavía coalición electoral de UCD, los dos que oponen una más seria resistencia a la disolución son el Partido Demócrata Cristiano (PDC), presidido por Fernando Alvarez de Miranda, y el Partido Popular Democrático (PPD), dirigido por el ex ministro Ignacio Camuñas. Este último confirmó ayer a un redactor de EL PAIS su negativa rotunda a disolver el partido. Momentos antes el periodista había sorprendido en los pasillos del Senado una conversación entre los señores Camuñas y Alvarez de Miranda, en la que se animaban mutuamente a mantener hoy una postura dura en el transcurso del consejo político. a actitud que más preocupa al, presidente Suárez, según. las fuen tes consultadas, es la que mantenga el PDC, dado su mayor número de diputados y senadores y su vinculación a los sectores sociales influenciados por. la Iglesia católica. Este partido no quiere hipotecar su futuro a la personalidad política del presidente Suárez y desea, en todo caso, que UCD asuma en una gran parte la ideología demócrata-cristiana. La actitud del PDC es observada de cerca por los demás partidos que integran UCD, ya que por prudencia política ninguno ' de ellos podría decidirse por la disolución, sino en caso de que fuera una medida conjunta.UCD, 19% de votos fijos
En los sectores socialdemócratas y liberales (Fernández Ordóñez y Garrigues Walker) se apoya con matices la idea de Suárez de disolución antes del congreso constituyente de UCD y se piensa que el presidente del Gobierno tiene en sus manos un arma convincente frente a la postura demócrata-cristiana: la convocatoria de elecciones generales inmediatamente después de aprobarse la Constitución, lo que, de cumplirse los plazos, se produciría en junio o incluso antes si fuera necesario.
En estos medios se razona que la etiqueta demócrata-cristiana sólo obtuvo un 1,5 % de los votos emitidos el 15 de junio y se rechazan los argumentos demócrata-cristianos dé que UCD ha perdido desde entonces un alto porcentaje de su electorado. Una fuente solvente de UCD ha afirmado que este partido, según los últimos sondeos, tiene un 19 % de votos fijos y un 30 % de indecisos, cifras prácticamente iguales a las que se obtuvieron en sondeos anteriores a a las elecciones. En lo que se refiere a la pretensión demócrata-cristiana de enfocar la política, gubernamental desde su óptica ideológica, estos sectores re saltan que el PDC no puso en su día ninguna objeción a la ley de Re forma Fiscal o al contenido, de los acuerdos de la Moncloa, y que tampoco ha definido todavía su alternativa política. Otros sectores de UCD reprochan a Alvarez de Miranda el prestar demasiada atención a los planteamientos de los antiguos miembros de la UDE (Alfonio Osorío, Alberto Monreal, José Almagro), en detrimento de más antiguos colaboradores suyos, como Iñigo Cavero, actual ministro de Educación, partidario decidido de la disolución, e incluso de sus viejos compañeros d e Izquierda Democrática, recientemente venidos a UCD. Con este problema de fondo ha coincidido el anuncio de la posible escisión de la Federación Socialdemócrata, cuyo más conocido dirigente es José Ramón Lasuén, aunque presentó su dimisión en la FSD el pasado mes de septiembre y le fue aceptada. La Federación decidirá, el próximo día 8, si se separa o no de UCD, pero Lasuén ya ha asegurado que los cuatro diputados procedentes de la misma mantendrán sus -compromisos.
El secretariado tripartito que existe ahora en la FSD decidió intentar la unión de los socialdemócratas, no integrados todavía en ningún partido, objetivo que ha venido tratando en el último mes con el apoyo, entre otros, de Alberto Cercós. Esta tentativa es la que, según el secretariado, puede llevar a la Federación Socialdemócrata a escindirse de Unión de Centro Democrático, pese a que no ha recibido respuesta alguna del Partido Socialdemócrata. La actitud de los partidos que integran UCD choca frontalmente con el esquema presidencial, que prevé un partido ideológicamente de síntesis, con dos tendencias claras no estructuradas, conservadora y progresista, que recojan desde los principios del humanismo cristiano a los de un socialismo no marxista, Sólo en esta perspectiva tendría sentido, según fuentes cercanas al presidente, la opción centrista en España, ya que si bien el electorado mayor de 45 años podría dirigirse hacia un partido confesional, el menor de 45 se declara laico.
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