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Reportaje:

Tipificar la tortura como delito

La Declaración de Tokio fue citada en varias ponencias durante los cuatro días de la reunión como un dato relevante: sus advertencias han sido quebrantadas en nuestro país. La Asamblea Médica Mundial, como en declaraciones parecidas en Ginebra y Helsinki, aprobó en 1975 los siguientes puntos: «El médico no proporcionará ningún local, instrumento, sustancia o conocimiento para practicar la tortura. El médico se negará a aceptar o participar en cualquier clase de tortura. El médico no estará presente en ningún acto de tortura. El médico ha de tener la libertad para indicar el tratamiento clínico adecuado. En caso de huelga de hambre, el médico no puede forzar a ningún enfermo a ser alimentado artificialmente, pero acompañado de otro médico puede hacer ver al enfermo las consecuencias de su comportamiento.»Esta Declaración recibió la adhesión del Colegio de Médicos de Madrid y la junta del Colegio de Médicos de Barcelona al tomar posesión. Ahora la Sociedad Española de Medicina Sicesomática acuerda solicitar a los Colegios de Médicos y a su Consejo General la adhesión a la misma y la elaboración dentro del código deontológico de la profesión médica de sus apartados correspondientes.

Las conclusiones de la reunión contienen una serie de propuestas que fueron aprobadas ayer y leídas en la sesión de clausura, que contó con la asistencia de un miembro de Amnesty International, premio Nobel de la Paz de este año. En ellas figura que «se defina el delito de tortura, no reducida exclusivamente a la cometida por los funcionarios» y que «todo detenido o encarcelado, sea cual fuere el motivo de ello, pueda estar asistido en cualquier momento de un letrado, y un médico de su elección, aun cuando actúe simplemente como testigo».

Estos puntos reflejan la ponencia sobre los aspectos legales de la tortura presentada por el fiscal V. Chamorro, quien se refirió a la no existencia en nuestras leyes de la definición de la tortura. Calificó de «paso importante en la civilización de nuestro país» la introducción en el Código Penal del delito de tortura, que recientemente han solicitado Justicia Democrática y en una proposición del PSOE. «Hay que pedir al Gobierno -dijo- que corte de raíz las prácticas de la tortura, y a la prensa, que denuncie los hechos de malos tratos. »

Otros puntos de las conclusiones señalan que «todo detenido o encarcelado sea reconocido por un médico en el momento de entrada en la institución si así lo requiere», que se «eliminen las celdas de aislamiento por el atentado que suponen a la integridad personal al provocar alteraciones de la salud pública» y que «se supriman los cuerpos de médicos como funcionarios al servicio de las instituciones de confinamiento y se sustituyan por profesionales nombrados por sus respectivos colegios».

El abogado A. Pelegrí pidió que el servicio médico de las cárceles estuviera sujeto a los colegios médicos en lugar de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, y la supresión de las monjas Cruzadas Evangélicas, que trabajan en la cárcel de mujeres de Barcelona sin estar reconocidas por el Obispado.

Denunciar los hechos delictivos

En otra, conclusión se dice que «se estimule el cumplimiento del deber legal de los médicos conforme al artículo 262 de la ley de Enjuiciamiento Criminal de denunciar los hechos delictivos (torturas) de que tuvieran noticias por razón de su cargo o profesión».Los aspectos médicos y jurídicos se contemplan en otros puntos de las conclusiones. De esta forma, la Sociedad, propone «que se elabore una normativa que clasifique y delimite los campos diferenciales entre experimentación científica y experimentación seudocientífica, al tiempo que establece la defensa de los derechos del ser humano en la experimentación médica», así como que «la policía sea judicial y que el control de todo tipo de reclusiones, incluida la siquiátrica, se realice por vía judicial, con audiencia y defensa de la persona recluida o sus representantes». Sobre los medios de comunicación se propone que «coadyuven a la erradicación de la tortura mediante la denuncia pública de los actos atentatorios a la dignidad de las personas».

La Sociedad Española de Medicina Sicosomática propone la constitución de un comité observador y promotor de denuncias de los abusos, formado por médicos, abogados, periodistas, representantes de instituciones civicas, y una comisión parlamentaria de vigilancia de los derechosh uni anos de los. detenidos, presos, menores, enfermos siquicos y hospitalizados.

Tortura y sociedad

Las últimas ponencias del congreso, que finalizó con una conferencia de Carlos Castilla del Pino sobre Erótica y dinámica de la tortura, se reunieron bajo el título de Tortura y sociedad, con las intervenciones de A, Pelegrí, Voy Terrón, V. Chamorro, Oscar Caballero, J. L. Fábregas, Nicole Schwartz y Alberto Iniesta.Como comunicaciones libres, una representante de la Organización Feminista Revolucionaria se refirió a los aspectos, específicos de la tortura aplicada a las mujeres, en una doble represión fascista y machista, con algunos testimonios de presas políticas. Dos miembros del Front D´Alliberament Gai de Catalunya (FAGC) expusieron los aspectos diversos de la tortura aplicada a los homosexuales, distinguiendo tres aspectos del discurso social sexual dominante: sexismo, machismo heterosexismo, en una y consideración actual de pecadores, delincuentes, enfetmos y marginados. Destacaron que la homosexualidad es reprirnida en la escuela, la iglesia, el ejército, el trabajo, la familia y la ley, solicitando como derechos fundamentales «disponer libremente de nuestros cuerpos y no ser discriminados por nuestra orientación sexual». Dos componentes de un equipo de siquiatras chilenos en el exilio dieron a coñocer un estudio sobre la experiencia de clandestinidad y tortura de ex prisioneros políticos. en los cuatro años de dictadura militar chilena.

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