Hoy, día decisivo para la izquierda francesa
Una rueda de prensa que ofrecerá hoy el primer secretario del Partido Socialista francés (PS), François Miterrand, y el discurso que, por la noche, pronunciará el secretario general del Partido Comunista francés (PCF). Georges Marchais, en un «mitin gigante» se espera que aporten algún elemento decisivo sobre el eventual desenlace de la crisis que ha colocado a la unión de la izquierda en peligro de muerte. Algún sector del PS ya razona sobre el porvenir sin contar con los comunistas mientras en el mismo partido, otros se esfuerzan por reanudar la negociación. La posición de ambas partes sobre las nacionalizaciones, tema fundamental de discordia, continúa siendo intransigente.
Nunca los franceses habían sido testigos de un debate político económico, en plena calle, como el que están protagonizando los comunistas y socialistas desde que, el jueves de la semana última, rompieron las negociaciones sobre la elaboración del programa que debiera servirles para afrontar los comicios legislativos de marzo de 1978. Muchos consideran que el haber sacado el litigio sobre las nacionalizaciones al estrado público (ayer L'Humanité publicó seis millones de ejemplares de una página en la que transcribía la discusión, secreta entre los tres partidos de la izquierda del jueves histórico del divorcio y ha sido un error monumental que impedirá al PS, como al PCF, hacer concesiones sin perder la cara ante sus electores. Pero lo cierto es, subrayan otros, que, por primera vez, el ciudadano inocente, del que se abusa, al que se le miente y en nombre del que se decide, protagoniza algo que le concierne directamente. Lo peor, en todo caso, sería, que esta franqueza, infrecuente en la clase política, no esté dictada por un deseo primero de información, sino que sea la consecuencia de intenciones más o menos inconfesables. Lo que muchos temen es que, entre los socialistas y los comunistas, existan quienes sabían de antemano todo lo que está ocurriendo.Sobre el futuro inmediato, esta noche es posible se sepa algo, tras las manifestaciones públicas en las que intervendrán los señores Marchais y Miterrand. Entre tanto, la actitud de comunistas y socialistas no ha variado y, de la discusión ya se ha pasado al insulto más o menos velado.
Ayer, el líder de la minoría del Partido Socialista, CERES, Jean Pierre Chevenement, en un artículo muy comentado, preconizaba un cambio de método, para reanudar las conversaciones, convencido de que un compromiso es aún posible para concluir un acuerdo.
Tras las últimas informaciones ofrecidas por ambos partidos al público y en vísperas de las tomas de posición de sus líderes, el problema de las nacionalizaciones se ha perfilado como el obstáculo insuperable, pero tras el que se esconde una divergencia política seria.
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