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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La polémica del eurocomunismo

En el artículo «El problema del eurocomunismo», aparecido el 31 pasado, Antonio Garrígues y Díaz-Cañabate incurre, en mi opinión, en una serie de errores.Voy a centrarme únicamente en un parde párrafos: «Marx, Lenin y Engels definen el Estado como un instrumento de dominación de una clase sobre otra" subrayando, sobre todo, su carácter coercitivo que se ejerce tanto por el uso del poder, de la fuerza, como más sutilmente por los aparatos ideológicosde coacción, tanto del tado como de la sociedad que emana de él. Estas formas coactivas se extienden a la política, la economía, la moral, la cultura, el arte y, fundamentalmente, la religión.» Y añade: "Esta concepción es recusable desde el punto de vista del respeto a la libertad de conciencia del hombre y a los derechos humanos, pero es una concepción lógica y coherente Con el designio no de reforma, sino de cambiar la sociedad humana y los hombres que la integran. »

Pues bien, la argumentación del señor Garrigues me parece falsa, entre otras cosas, porque vulnera una ley lógica. incurriendo en, la llamada «falacia naturalista» que consiste en pasar de prem isas descriptivas a otras de carácter prescriptivo o valorativo. Es decir, Garrigues comienza por sentar la afirmación -que atribuye al marxismo- de que el Estado. el Derecho y los otros áparatos ideológicos son instrumentos, de, dominación (primero de los párrafos transcritos), y de ahí deduce (segundo párrafo) que dichos apaaratos deben ser, o es bueno que lo sean, instrumentos de dominación (de ahí el no respeto por los derechos humanos).

Pienso que se puede admitir cómo marxista la primera afirmación; pero no asi, la segunda. como lo pretende Garrigues. Me parece que la tesis marxista -simplificada al máximo- consiste en afirmar que el Estado y el Derecho son (aunque no sólo) instrumentos de dominación, y al mismo tiempo propugnar una transformación radical de los mismos (y, en general, del,todo Social) para que dejen,de serjus tamente eso: instrumentos de dominación. O sea, que lo que son el Estado y el Derecho, no coincide -según el marxismo- con lo que deben ser.

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