Otra oportunidad para estrellarse
El domingo, la empresa de Las Ventas ofreció a Raúl Sánchez y dos compañeros mártires una oportunidad más para que se vayan al otro barrio. Y si no tanto, para consolidarles en el montón de los olvidados. No diremos que hubo premeditación y alevosía, porque las apariencias a veces engañan, pero ya nos explicará quién montó el cartel que podía esperar del comportamiento de los toros de Rodríguez de Arce y de García Romero.Ambas divisas tienen reconocida fama de peligrosas. No duras, con genio, difíciles o cuantos eufemismos queramos emplear, sino lo dicho: peligrosas; de peligro de muerte. Y así salieron: embestían a oleadas traicioneras, pegando cornadas. Que los toreros no se las llevaran en su carne, se debe a que, además de que tienen reflejos para escapar en el último instante, la providencia estuvo de su parte.
Repitamos lo que dijimos para los productos del doctor Parache, con ocasión de la novillada con sotillos que se celebró en el mismo ruedo el 18 dejulio: ¿cuántos toros tienen los hermanos García Romero para uso y abuso de la empresa de Las Ventas? ¿Por qué, al igual que sucede con los sotillos, esta empresa parece abonada a los garciarromeros y los suelta en novilladas, corridas de toros, como sobreros -¡a mantas!- a pesar de que se trata de ganado sin ningún tipo de garantías? La afición de Madrid, muy sensibilizada -como se sabe-, recela de estas preferencias, que tendrán sus motivaciones. Nos gustaría saber cuáles son.
Añadamos, que aún está por ver si cualquiera de las figuras que van en exclusiva, es capaz de hacerles a toros como los de Arce y García Romero, lo que consiguió Raúl Sánchez. Y Raúl Sánchez -terno destrozado, sangre desde la frente a las zapatillas- aún tiene que ganarse uno a uno los contratos. Como debe ser, seguramente, porque lo injusto son los contratos de exclusiva en el marco del monopolio.
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