El sufragio universal no restará poder a los elegidos

Uno de los temas más importantes que hoy se tratarán en la Asamblea General del Fútbol Español se refiere a la elección de los Presidentes de clubs por sufragio universal. Este permitirá elegir sólo a aquellos socios con una antigüedad ininterrumpida por lo menos de tres años. Se trata, pues, de una democracia futbolística restringida.

Puede ser presidente de un club cualquier español, mayor de edad, que no esté sancionado para ocupar cargos deportivos ser socio por lo menos durante tres años ininterrumpidos y no ser directivo en clubs, asi como jugador, árbitro, entrenador o técnico en el momento de la proclamación como candidato. Realmente en este tema existe un formulismo, para desarrollar la elección, y un fondo: las consecuencias que tal medida puede suponer para el fútbol español. Dentro del formulismo ,habrá que citar la fecha de la elección, en los dos meses últimos de la temporada, la convocatoria, la presentación de candidaturas y la fórmula de la votación, si fuera precisa, y que la Federación Española, por ahora, no las ha dado a conocer. Por todo ello existen bastantes lagunas en estas normas para las elecciones de presidentes de clubs que quizás se superen con los fallos que habrá en las primeras que se celebren. Pero la importancia de éstas elecciones está en su fondo. Los socios de cualquier club eligen a su presidente por. sufragio universal. Este presidente podrá elegir, a su vez, y directamente a los miembros de su junta directiva. El presidente contará con cuatro años para su mandato, mientras a sus directivos podrá cesarlos o sustituirlos después de cada temporada.De todos modos el presidente puede ser cesado por un voto de censura aprobado por las dos terceras partes de los votos presentes de la asamblea general de socios convocada a tal efecto a petición de un número de miembros, que represente, al menos,, a la cuarta parte del total de socios que reúnan tres años ininterrumpidos de antigüedad.

El presidente de club ostenta su representación y le corresponden las facultades propias de ese cargo, la de presidir y dirigir la junta directiva y juntas generales y la ejecución de sus acuerdos.

Las normas de elección de presidentes de clubs son tan genéricas e inconcretas que la revolución que se les atribuye apenas representa un paso adelante para la democracia del fútbol. Prácticamente la situación que en este sentido. se quiere implantar es la misma que impera desde hace años.

La elección de presidente de club no modifica nada la situación por la que se rigen los equipos, que son de los socios y quienes no intervienen para nada en el gobierno de los clubs. Se usa a los socios simplemente para pro porcionar un voto a un determinado candidato y abonar las correspondientes cuotas.

A pesar de esta simulada democracia los clubs seguirán en manos de los presidentes y sus juntas directivas. Los presidentes serán quienes decidan los fichajes de los jugadores y los técnicos, los presupuestos, los precios de las localidades, de los abonos, de los días del club, los contratos de los jugadores, sus sueldos y «primas»...

Y mientras tanto al sufrido y explotado socio, de cuyos bolsillos sale el dinero para la supervivencia de los clubs, prácticamente se le engaña con ese juguete que representa el voto de un simulacro de democracia llamado elección de presidentes de clubs. Es decir, los presidentes, aunque sean distintos a los de ahora, aunque parezca paradójico, serán los mismos, porque tendrán la misma dictadura.