Manuel Herrero no podrá presidir el Comité Olímpico Español

Manuel Herrero no podrá presentar su candidatura a la presidencia del Comité Olímpico Español (COE), posibilidad que se desprenderla con cierta seguridad ante el telegrama que él mismo dio a conocer y que envió a la secretaría de dicho organismo en el sentido de recabar la información precisa sobre la normativa vigente en torno a ese tema.La secretaría general del COE envió ayer a Manuel Herrero un telegrama en contestación al suyo por el que se le comunica que según el artículo cuarto del COE no puede presentar su candidatura a la presidencia de dicho organismo. Ese artículo establece que se aplican para el COE los estatutos y reglas que rigen en las mismas circunstancias para el Comité Olímpico Internacional (COI), que en su artículo 14-b requiere ser miembro de él para aspirar a su presidencia. Manuel Herrero no es miembro del COE.

El tema de Manuel Herrero fue tratado en la reunión que el pasado lunes celebró la comisión ejecutiva del COE. Se adoptó esa medida para aspirar a la candidatura de esa presidencia, aunque, según nuestras noticias, el propio Benito Castejón deseaba ser más flexible y abierto en torno a las condiciones requeridas.

Pero esas decisiones se han adoptado al tener en cuenta precedentes concretos y similares. Juan Gich y Pelayo Ros, al acceder a la Delegación Nacional de Deportes, por ocupar dicho cargo, desempeñaban también la presidencia del COE. Pero antes se vieron obligados a ser nombrados miembros de dicho organismo.

Este precedente no ha sucedido con Benito Castejón, desde hace tiempo miembro del COE, que renunciará a la presidencia de dicho organismo el próximo día 20. Este día se reunirá en asamblea el pleno del COE. Benito Castejón presentará su candidatura a la presiden más candidatos. Pero Benito Castejón cuenta con las mayores posibilidades de ser elegido. El director general de Deportes presenta su candidatura porque es un hombre que propugna desde siempre la unificación del deporte español, con una cabeza única, sin colores políticos, porque el olimpismo no los requiere.