Quince mil personas asistieron al mitin de Fuerza Nueva en la plaza de Ventas.

«El espíritu del 12 de febrero se ha convertido ahora en un fantasma que asusta y acobarda a los mismos que lo crearon.» «Tres minutos en televisión bastaron para conseguir 450.000 votos negativos en el referéndum, si me dejan el espacio de Santiago Carrillo, España entera dice que no, que no y que no», dijo anoche Blas Piñar, presidente nacional de Fuerza Nueva en el mitin que Alianza Nacional 18 de Julio .-coalición en la que se integra- organizó en la plaza de Las Ventas de Madrid, con asistencia de unas 15.000 personas, algunas procedentes de diversas provincias.El acto estuvo dominado en todo momento por un alto clima emocional y los asistentes permanecieron en un permanente clima de entusiasmo al que coadyuvaron los oradores con un tono especialmente exaltado. El duque de Tovar fue espectacular en este sentido y también el señor Piñar.

Antes de que comenzara el mitin, los altavoces transmitían marchas militares y canciones del Frente de Juventudes. Un amplísimo servicio de orden -integrado en su mayoría por muchachos muy jóvenes, mayoritariamente adolescentes- estaba situado en todos los puntos estratégicos de la plaza, sin que, a lo largo del acto, se registrase ningún tipo de incidentes.

Una avioneta con propaganda del partido Socialista Popular (PSP) provocó las iras de los asistentes, que aplaudieron y vitorearon a otra que anunciaba el acto de FN.

Por los altavoces se dieron instrucciones para escuchar el himno nacional -que la casi totalidad siguió de pie y haciendo el saludo falangista- y antes se había anunciado la llegada del señor Piñar que fue aclamado por el público.

Se aclamaron también banderas falangistas y tradicionalistas. En las afueras de la plaza de toros, dos jeeps, con la matrícula semioculta por pegatinas, circularon transportando jóvenes con camisa azul, casco con visera y porras. La vigilancia policial era muy discreta y en ningún momento se interceptó o se pidió identificación de estos jóvenes. A la entrada de la plaza, bastantes asistentes jóvenes fueron cacheados. En esta tarea colaboraron, cuando ya terminaba el acto, incluso dos chicas jóvenes uniformadas como falangistas.

Tras la lectura de una carta de José Antonio Girón que excusaba su asistencia y afirmaba «la identificación más absoluta con los promotores», Alfonso Figueroa, duque de Tovar, comenzó por afirmar que el grito del Dos de Mayo -«Españoles, la Patria está en peligro, acudid a salvarla»-, «será nuestro lema de campaña».

«Si Dios a veces nos niega la gloria del triunfo, jamás nos niega el privilegio del combate. »

Afirmó también que «no creemos en la farsa de las papeletas y las urnas» y al referirse a los partidos que -según el orador- siembran el caos y traerán la destrucción, dijo que «los que sentimos a España se lo impediremos».

Francisco Guinea, también candidato al Senado por Madrid ironizó dirigiéndose a los presentes y repitiendo, de diversos modos, que ellos eran «el 2,5 %», refiriéndose al porcentaje de votos negativos en el último referéndum. La mayor parte de su discurso estuvo dedicado a un canto de tonos encendidos a las diversas fuerzas que integran la Federación de Combatientes.

Le había precedido Pedro González Bueno, que rechazó las acusaciones que se hacen habitualmente contra el régimen de Franco.

Por fin Blas Piñar, el único orador que se dirigió a los presentes como «amigos y camaradas» -los tres anteriores habían dicho «Españoles»-, criticó con enorme dureza todo el proceso iniciado el 12 de febrero. Al igual que sus compañeros, tuvo frases de extremada crítica para él Gobierno y para los políticos actuales, evocó la figura de Franco -su nombre fue coreado en muchas ocasiones- e invitó a los presentes a mantener los ideales, del 18 de julio.

Incidentes

Tras el mitin se formó una caravana de coches y camiones que recorrieron diversas calles de la capital y se produjeron agresiones a personas a las que los manifestantes obligaban a levantar el brazo y gritar vivas a Franco y a Cristo Rey. Los grupos de choque saltaban de varios jeeps y atacaban con barras de hierro y cadenas. El grueso de los manifestantes, entre 2.500 y 3.000, se dirigieron por la Puerta del Sol hasta la plaza de Oriente. Ese tramo quedó cerrado a la circulación. Frente al Palacio de Oriente entonaron el Cara al Sol y otros himnos. Las fuerzas del orden invitaron a disolverse a los manifestantes y posteriormente intervinieron lanzando botes de humo y efectuando algunas cargas.

Algunas llamadas telefónicas a nuestro periódico de testigos presenciales nos informaron de diferentes agresiones, entre ellas el ataque a un taxi, en el paseo de la Castellana, por cuatro jóvenes que se apearon de un coche blanco matrícula M-1958- BL, y al tiempo que gritaban «¡Viva Cristo Rey!» aporrearon la carrocería y rompieron los cristales de las ventanillas. A primeras horas de la pasada madrugada, el Gobierno Civil de Madrid nos facilitaba un comunicado con el relato de los incidentes que coincide con nuestra información.