Paquirri, firme candidato para la corrida de Beneficencia

En San Isidro no veremos a Paquirri y ésta es una importante ausencia. Su triunfo de Sevilla era necesario convalidarlo en Madrid; por él y por la fiesta misma.Aquel triunfo tiene un significado que va más allá de la conquista de un trofeo, pues correspondía no tanto a la más brillante actuación de la feria, sino a un torero lidiador, valiente y auténtico en la ejecución de la suerte, totalmente distinto a aquel Paquirri acelerado y superficial, que nunca pasó de ser un distinguido «relleno de cartel». Ya en la temporada última se le pudo ver más reposado, más lidiador, no sólo cuando dominó a los dos mansos de banderillas negras en la feria de San Isidro, sino también en otras plazas, incluso de inferiores categorías, donde es fácil que los diestros se alivien con trasteos para la galería.

La ausencia de Paquirri de la feria, que va a empezar dentro de siete días, se debe al desacuerdo con la empresa en materia de honorarios. No se comprende en lidia cómo puede aparecer el nombre de un torero en un cartel sin que previamente se haya formalizado contrato, en todos sus extremos. Y si se formalizó, cómo una de las partes puede incumplirlo sin mayores complicaciones. Mas, de cualquier forma, es una verdadera lástima que toreros y empresa no hayan decidido hasta donde fuera congruente, porque Paquirri hacía falta en esta feria. Cuando los nuevos valores no tienen empuje para relevar a las figuras, es importante que un veterano las inquiete de la única forma que entiende, comprende y agradece el aficionado: superándolas en el ruedo.

Frente a los Viti, Camino y compañía, tan suficientes en su crédito de maestros de la tauromaquia (maestría que, por supuesto, es muy discutible), Paquirri les demostró en Sevilla cómo se domina al toro en todos los tercios; cómo debe ser la vergüenza torera, cuando llena a reventar los tendidos de un público identificado con el espectáculo, que pagó las localidades a precios prohibitivos.

Pero si quedó fuera de la feria, la Diputación Provincial de Madrid tiene en este torero el más firme candidato para participar en la corrida de Beneficencia. Paquirri, con el que resulte triunfador de San Isidro, mano a mano, o con éste y un tercer espada, que muy bien podría ser Curro, parece, de momento, la combinación de toreros más indicada para la que tradicionalmente se tiene como corrida más importante del año.

El que ha salido mejor ha sido Galán, quien burla burlando, después de hacer creer primero que en la isidrada torearía los tulios, y de dejarse anunciar después con los cobaledas, se cae de los carteles, recomienda a Galloso, que efectivamente le sustituye, y vuelve para ocupar los puestos que deja vacantes Paquirri, con lo que se queda donde estaba, pero para enfrentarse a dos corridas con muchas menos complicaciones, en teoría, que aquellas para las que se comprometió en un principio. Si hubiera un premio a la habilidad maniobrera, sin discusión alguna tendría que ser para Galán, o para su apoderado, José Mari Recondo.