Toreros sin ideas, toreros palizas

Plaza de la Maestranza. Domingo, Quinta de feria. Toros de Juan Pedro Domecq: desiguales, aunque correctos de presentación, cumplieron en varas, para luego venirse abajo.Angel Teruel, aviso y silencio. Silencio. Niño de la Capea, pitos. Silencio. Manili, silencio en los dos.

Una murga de corrida la del domingo, por culpa de unos toros medio bravos y medio borricos y de unos toreros sin inspiración. Losjuanpedros ayudaron al fracaso; los matadores pusieron todo de su parte para que el mismo se consumara.Tres toreros sin ideas. Seis toros que escarbaban de salida, tomaban un primer puyazo de largo, recargando con gran codicia, y acababan a la defensiva, con media arrancada o sin arrancada alguna. También es- verdad que les castigaron mucho. Los problemas de estos toros no los sabían resolver aquellos toreros, en los cuales tampoco había gracia para suplir con detalle las faenas que no se podían ejecutar. 0 le dan cien pases al toro de carril o son hombresurtísticamente muertos.

Teruel no vio o no quiso veque el primero iba mejor en los medios

Se asustó el Niño de 1 a Capea con el tercero, que le iba violento. Imposible por la derecha, por la izquierda era más manejablt, pero el torero no tuvo resuello más que para dar tres naturales -en realidad, tres trapazos- y alinear En cambio, al cornalón quinto, leaguantO derrotes muy serior ambos pitones, para fuego i nerse encímista y ahogarle la casísi ma embestida.El peor lote, y el más ser además, fue para Man l fi. El t cero, después de haber toma gran puyazo,-con acometida diciosa de toro-bravo, en el qu sangraron a modo, y dos pico zos más, en banderillas d 0 cambio sorprendente y se fu los chiqueros a toda velocid para husmear pl portón en bu dé la huida. Había que sacarlo allí, estaba claro, y Manili lo tentó, pero se quedó en los n dios, por las cercanías, y natur mente el animal. volvió a su q rencia. No tenía un pase. Aculz a tablas, o aconchado en ellas, hacía más que derrotar. El últi se quedó con media arrancad Manili le trasteó de cerca,

lentón, que era lo único que podía hacer.

El público pitó a Teruel y N de la Capea, cuando abando ban la plaza. No por malos, ni buenos, ni por regulares, sino pelmas.