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La furia de Pirri no fue suficiente

El Hércules eliminó al Madrid de la Copa, como se temía.El equipo blanco hizo un pésimo primer tiempo, en el que no obtuvo la menor renta, y un segundo tiempo más, aceptable, en el que llegaron los dos goles de Pirri y algunas otras ocasiones. Puede decirse que el Madrid rozó el tercer gol que le igualase la eliminatoria, pero su eliminación no es injusta.El Hércules llegó a Chamartín con un cerrojo descomunal que desconcertó al Madrid en los primeros 45 minutos. Sólo Pepín y Sancayetano, los dos extremos, amagaban con algunos intentos de ataque, pero incluso estos hombres se ocupaban más de vigilar a los laterales madridistas que de intentar acciones de ataque. Tras ellos, Baena, Aracil, Ferrer Díaz, Y Betzúen formaban una primera línea defensiva, con misiones de vigilancia directa sobre Del Bosque, Pirri, Camacho y Vitoria, los cuatro centrocampistas del Madrid. El marcaje que el Hércules ejercía sobre estos hombres era directo, casi un pressing baloncestístico. Detrás, Rivera vigilaba a Santillana, los laterales a los extremos y Giulano quedaba como líbero.

El juego del Madrid en el primer tiempo fue un desastre. Nadie conseguía dominar con soltura a su marcador, nadie mostraba un mínimo de imaginación, y el conjunto se movía con una extraordinana torpeza e incluso con inseguridad atrás las pocas, poquísimas veces, que el Hércules iba en busca de Miguel Angel. Sol, que quedaba como líbero -y como único defensa en la zona central- tuvo algún fallo de bulto, y así ocurrió que a pesar del continuo cerrojo del Hércules la mejor ocasión fue para este equipo, en balón que sin que nadie supiera cómo, llegó a los pies de Sancayetano, que disparó milagrosamente fuera.

En la segunda mitad, el Madrid introdujo dos cambios en su juego. Dejó fuera a Macanás, rápido, pero torpe en el regate y, por tanto, poco apto piara abrir una defensa cerrada, y golocó en su puesto a Sánchez Barrios, más útil para este menester, ya Pirri en la delantera, como segundo ariete, junto con Santillana. Con ello, el Madrid. pasaba en este segundo tiempo a atacar con cuatro hombres en línea. Arsenio bajó a Baena a la defensa, para vigilara Pirri, y el Hércules se aprestó a continuar con su cerrojo y a dejar que pasasen los minutos.

Los cambios y la nueva tensiónque gracias a ellos adquirió el juego del Madrid, hicieron que el público, que comenzó con muchos ánimos, pero que se apagó pronto, vibrase de nuevo. El Madrid mejoró algo en sujuego, y entre eso y que el Hércules acusó algunos despistes de colocación, comenzaron por fin a sucederse las ocasiones de gol ante el marco de Humberto, que respondió muy bien por tres veces en los primeros diez minutos de esta continuación. Dos tremendos despistes de Baena, el marcador de Pirri, propiciaron los únicos goles del partido. El hecho de que el se gundo de ellos llegara cuando todavía quedaban más de veinte minutos de juego hizo que se concibiesen esperanzas de igualar la eliminatoria. La tónica del juego siguió igual y hubo nuevas ocasiones. En especial, un indirecto sobre la misma línea del área pequeña y un tercer gol de Pirri, anulado por fuera de juego.

Poco a poco, por fatiga, fue decreciendo el ímpetu del Madrid, y aunque aguantó a un nivel medio hasta el final, lo cierto es que el Hércules pudo ir bandeando los minutos cada vez con menos apuros, y que el resultado final del partido puede calificarse como justo. El Madrid no hizo nada en la primera mitad del partido, y tam poco grandes cosas en la segunda. Su eliminación no debe ser acha cada a la mala suerte, sino a su pésimo juego durante tres cuartas partes de la eliminatoria.

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