Los desaciertos rematadores del Rayo, decisivos
El Rayo, al encajar su tercer gol de la temporada en Vallecas, perdió su tercer punto en casa. Esta vez fue ante el Pontevedra, equipo mal clasificado pero que ha sido el único hasta ahora capaz de puntuar en el campo del líder, Cádiz. Los gallegos mostraron un juego conjuntado y más que aceptable, mientras que los madrileños jugaron en su línea de fuerza, fallando las más claras ocasiones de gol.El Pontevedra fue un equipo que no se dejó dominar hasta que el Rayo se lanzó alocadamente al, ataque en busca de la victoria. Con una sencilla táctica de 4-3-3 puso en dificultades a su rival por la cohesión con que jugó. Dominó el balón y, consiguientemente, durante muchos minutos de la primeraparte, al Rayo. Este equipo falló cinco claras ocasiones de gol.a lo largo del partido y al final quiso enmendar los desaciertos rematadores jugando contra reloj, lo que facilitó los contragolpes rivales, peligrosos hasta el último minuto. En la primera parte, quizá el Rayo actuó subestimando al Pon tevedra. Hubojugadores que se tomaron el partido con excesiva calma, lo que lastró el propio juego local. Los gallegos se crecieron y Parral y Plaza pusieron a prueba a Alcázar en durísimos disparos de lejos. En estas condiciones se comprobó que el partido no iba a resultar facil para el Rayo, qué, buscando lo más cómodo, intentó penetrar por el centro de la defensa granate.
A pesar del mediocre juego rayista, sus rápidos contraataques proporcionaron ocasiones favorables, a la consecución del gol. Alvarito, por dos veces, y Guzrnán malograron las jugadas iniciadas en Francisco, jugador que también desperdició un fácil remate de cabeza que acabó en las manos de Sánchez.
El temprano gol de Keita, en la segunda parte, volvió a poner el encuentro cuesta arriba para el Rayo. Aún quedaba mucho partido, pero mientras los visitantes recobraron la confianza y soltura de la primera parte, el Rayo, ya con todos sus efectivos a tope, evidenció prisa y nervios.
Los madrileños empujaron lo suyo y el Pontevedra no tuvo otra solución que ir fortaleciendo las posiciones defensivas, pero siempre pensando en el contraataque, donde sobresalieron Parral y Vavá. El amontonamiento de hombres en el área gallega no permitió que se repitieran las claras ocasiones de gol que tuvo el Rayo en la primera, parte más que una sola vez. Fue cuando Francisco, al borde del área pequeña, erró el disparo. Después comenzaron las prisas y el querer arreglar cadajugador por sí solo el partido, lo que condujo a las imprecisiones que favorecieron al Pontevedra que, así pudo montar fácilmente sus contragolpes. El último de ellos cerca estuvo de significar la derrota rayista, ya que un centro chut de Parral fue desviado por Alcázar y el balón rebotó en el larguero.
Fue mucho Pontevedra, humilde y conjuntado, para un Rayo, primero vanidoso y después impreciso, que su juego no distó mucho del que viene realizando la presente temporada, si exceptuamos contra el Córdoba. Si no se hubiera falladoen el remate, los medios hubieran justificado el fin. Es decir, los aficionionados de Vallecas se habrían quedado una vez más sin ver buen fútbol, pero contentos de que su equipo sumase nuevamente los puntos de casa.
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