El partido Real Madrid - Sevilla
fue un nuevo ejemplo del mal momento madridista. Otra vez un equipo modesto, sin alardes, simplemente con un juego ordenado y sereno desde el centro del campo, con marcajes de cerca y certeros atrás, pudo con la débil formación blanca actual. La importancia del campeón - aunque parezca mentira - ha alcanzado cotas insospechadas al comienzo de la competición. Los fichajes extranjeros no dan juego - como los locales - y un buen ejemplo puede ser el de Jensen, un hombre que las daba todas en Alemania y que aquí no pasa de mediocre. Veteranos como Gallego, sentenciados al regreso al club, que les lanzó futbolísticamene, casi en el olvido, fueron las figuras ante un Madrid desconcertado.
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