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Giscard d'Estaing no consigue dialogar con la izquierda

Como la semana pasada en Alsacia y Lorena, el presidente Giscard d'Estaing pudo comprobar en la ciudad de Lille -donde realizó un breve homenaje en la casa natal del general De Gaulle-, el momento mediocre por el que atraviesa su imagen. La población y el alcalde, Pierre Mauroy, líder socialista, lo acogieron sin calor alguno. Por otra parte, este último, considerado por muchos como el «segundo» de Mitterrand, en tanto que líder importante de la oposición de izquierdas, no se prestó al diálogo que obstinadamente persigue Giscard desde que es presidente de la República.

Giscard llegó a Lille anteayer para prelidir el Consejo de Ministros «descentralizado», que se efectuó ayer por la mañana. Su confrontación con el alcalde, dada la significación política de Mauroy en el campo de la Unión de la Izquierda, se esperó con expectación.Pero el apretón de manos de los dos hombres no fue más que «la cortesía del alcalde», como se preocupó de aclararlo Mauroy con antelación. Por obligación, igualmente, Pierre Mauroy asistió a la cena que se celebró en la prefectura. A lo largo del ágape se le sentó a la derecha de Giscard, que comentó al final: Es la primera vez, en los anales recientes de la V República, que miembros del Gobierno y de la oposición se reúnen alrededor de una mesa. Es una fecha importante en la historia de la República Francesa. Mauroy interpretó su presencia como un respeto a las reglas de protocolo, pero rechazó el diálogo político Al final del discurso del presidente, el líder socialista se negó a contestar, para no crear equívocos sobre su condición de alcalde y a la vez líder de la oposición.

¿Dónde están mis ministros?

Al llegar a Lille, Giscard había sido recibido en la prefectura de la ciudad por algunas docenas de personas solamente (la lluvia era fuerte) que deseaban presenciar el apretón de manos «histórico». Poco antes, cerca de mil manifestantes, convocados por los sindicatos de izquierdas, bajo la lluvia torrencial, desfilaron por la ciudad manifestándose contra el presidente. Al terminar los actos oficiales en la prefectura, Giscard preguntó: ¿Dónde, están mis ministros?, Y Pierre Mauroy, irónico, respondió: Espero que no se le hayan perdido.Igual que la semana pasada, en provincias también, Giscard lanzó un llamamiento a la unión de los franceses para superar estos momentos no fáciles para nadie en las sociedades industrializadas. Por su lado, ayer, el primer ministro, Raymond Barre, conversó con Pierre Mauroy sobre las cuestiones regionales. Al final de la conversación, el secretario nacional del Partido Socialista se manifestó decepcionado porque no había conseguido mas que citas. En resumen, una vez más, el presidente apretó el gatillo de su estrategia política: el diálogo con la izquierda y más concretamente, con el Partido Socialista, para desgajarlo de la alianza con los comunistas. Es el arma que lo separó de su antiguo primer ministro Chirac, quien considera «ilusorio» el procedimiento.

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