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Reportaje:

Velázquez, a defender su suerte ante Muangsurin

Esta noche, en Segovia, Miguel Velázquez defenderá ante Muangsurin su título mundial de los superligeros (no de los ligeros, como por lamentable error publicamos ayer), versión WBC. Velázquez, en la madurez de su carrera, alcanzó el título hace pocos meses, en Madrid sobre el mismo rival de esta noche por un veredicto poco airoso: la descalificación. La pelea será televisada a partir de las once y cuarto.Miguel Velázquez nació en Tenerife hace 32 años. Llegó pronto a los gimnasios de boxeo, cuando aún era un adolescente, y demostró enseguida una excepcional capacidad para asimilar la técnica de este deporte. Se proclamó campeón de España de aficionados, acudió, formando parte del equipo nacional, a los juegos olímpicos de Tokio y consiguió posteriormente, el título mundial militar. Pasó al profesionalismo siendo aún muy joven y en su duodécima pelea se proclamaba campeón de España profesional. Su preparador, Pampito Rodríguez, el mejor maestro, con mucho, que tiene el boxeo español, había sabido dotarle de una extensa gama de conocimientos técnicos que colocaron a Velázquez rápidamente en un plano destacado. En seguida se comenzó a hablar de la necesidad del enfrentamiento entre Pedro Carrasco, campeón de Europa, y Miguel Velázquez, con el título continental en juego. Casadei, mánager de Carrasco, rehuyó la pelea cuanto pudo, pero al fin ésta se produjo. Fue un combate encarnizado y de muy alta calidad; memorable por todos los conceptos. Carrasco fue proclamado vencedor por un apretado margen de puntos.

Impropiamente se ha dicho que aquella pelea significó el fin de la carrera de ambos boxeadores, algo que no es absolutamente cierto. Carrasco continuó, a partir de aquel combate, una carrera brillante que estuvo a punto de llevarle al título del mundo, en cuyo asalto fracasó ante Mando Ramos. Velázquez, después también de esta pelea, conseguiría el título de Europa al vencer a uno de los mejores púgiles europeos de todos los tiempos, Ken Buchanan, y confirmaría su gran calidad al defender con éxito el título ante el italiano Carmelo Coscia, en pelea de gran perfección técnica.

Velázquez había «llegado». El título de Europa le había permitido una posición económica desahogada y la posibilidad de enfocar su futuro a través de algún negocio. Sólo el deseo de superación deportiva le podía mantener en el boxeo. La única superación posible, entonces, era el título del mundo. Desgraciadamente, las oportunidades en boxeo no siempre las tiene quien más las merece. Ken Buchanan, derrotado por Velázquez meses antes, la tuvo, y se proclamó campeón del mundo al vencer a Ismael Laguna. Después, rehusó poner su título en juego ante el español. A Velázquez, esta decepción terminó de matarle la afición que le quedaba por su deporte. Tras una mediocre defensa ante Puddu en Barcelona, con veredicto de nulo que le permitió conservar el título, lo perdería por abandono ante este mismo hombre en Italia. Cabe. decir que Velázquez había abandonado interiormente no el titulo, sino el boxeo, antes de subir al ring a pelear con Puddu la segunda vez. De hecho, se retiró después de esta pelea.

Casi dos años después de esta retirada (hace ahora tres), decidió regresar, más que nada porque añoraba el propio ejercicio. Desde entonces acá, ha hecho cerca de veinte peleas, con sólo una derrota, ante Gómez Fouz, discutible.

La aparición de Martín Berrocal en el mundillo de la promoción del boxeo le ofreció la posibilidad de pelear por el título del mundo con Muangsurin. El treinta de junio subió al ring del Palacio de los Deportes de Madrid. Lo pasó muy mal en cuatro asaltos en los que se le venía encima un hombre sin la menor técnica, pero que no parecía acusar en absoluto los golpes que recibía, y que cada vez que le colocaba una mano le hacía tambalear. Velázquez cayó tres veces.

Al final del cuarto asalto. Muangsurin le aplicó un golpe posterior al gong. Velázquez se desplomó y no hubo quien le levantara. Tras varios minutos de inconsciencia, auténtica o fingida, y ante la imposibilidad de reanudar la pelea, se decidió proclamar vencedor por descalificación de Muangsurin a Velázquez.

Es posible que éste fingiera su inconsciencia, vista la imposibilidad de ganar la pelea por otro medio. Una actitud que se puede juzgar poco deportiva, pero que entra de lleno en el repertorio de recursos de los grandes campeones de cualquier deporte.

El Consejo, vista la poca claridad del veredicto, decidió homologar el resultado pero exigir una nueva pelea entre ambos. Esa será la de esta noche.

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