Favorable recibimiento a los Reyes en París
La primera jornada de la visita oficial de los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía, que inicia el acercamiento entre Madrid y Europa, a juicio de la mayoría de los observadores, terminó con una cena de aparato en el palacio del Elíseo, ofrecida por el presidente francés y a la que asistieron los más eminentes representantes oficiales, franceses y españoles.«La acción conjunta de Francia y España puede pesar decisivamente en favor de la paz, de la seguridad y de un mejor entendimiento entre los hombres», declaró el presidente, dirigiéndose al Rey de España, a los brindis de la cena.
Los Reyes fueron recibidos con todos los honores, a las tres de la tarde de ayer, en el aeropuerto de Orly a donde llegaron en su Mystere 20, por el presidente, Giscard, y su señora. Anne-Ymone, por el Gobierno francés en su casi totalidad y por el cuerpo diplomático español.Acto seguido se trasladaron, en helicóptero, hasta la explanada de los Inválidos, en París, para en la residencia del Rey, el palacio de Marigny, iniciar el primer mano a mano de trabajo.
Un portavoz español reunió a la prensa española a última hora del día y a propósito de la entrevista declaró: «Sus conversaciones se han dividido en tres partes. Hoy, cada uno de los dos ha hecho un análisis de la situación interior de Francia y España. En la próxima sesión hablarán de asuntos bilaterales y, en la tercera, de cuestiones internacionales, particularmente del Mediterráneo, de Europa y del Tercer Mundo. »
La prensa francesa, desde la derecha hasta el independiente Le Monde, recibió a los Reyes muy favorablemente, subrayando en todos los casos su voluntad para democratizar el país.
La prensa izquierdista, por el contrario, se manifestó negativamente, por considerar al Rey don Juan Carlos como el sucesor, según el diario Rouge que, como los demás, concede a la visita de los Reyes la máxima importancia.
Se cree que las conversaciones entre el Rey y el presidente darán buenos resultados económicos para Francia. El método secam de TV en color, rival del alemán pal, sería objeto de discusiones.
A última hora de la tarde los gendármes de la Compañía Republicana de Seguridad, utilizando gases lacrimógenos, disolvieron una manifestación convocada por los grupos maoístas y trostkistas de Alain Krivine y en la que participaron entre 3.000 y 5.000 personas que recorrieron los grandes bulevares hasta la plaza Blanca. Horas después el ministro del Interior declaraba a EL PAIS:
«Lo que no saben los organizadores es que la mitad o más de los manifestantes eran policías.» Por lo demás dijo sobre la misma cuestión que esto no tenía importancia ninguna y, que «estoy muy satisfecho de como ha empezado a Visita del Rey».
En este mismo lugar el ministro español de Asuntos Exteriores. Marcelino Oreja, a propósito de la entrevista entre el Rey y el presidente sobre las situaciones respectivas actuales de España y Francia, declaró: «Creo no equivocarme si digo que Giscard d'Estaing desea. de igual manera que Francia. que en España lleguemos a una democracia verdadera, homologable con la del resto de los países occidentales.»
Por el lado español se aseguró que los últimos días se modificó el programa varias veces, a causa de las dificultades, creadas después del atentado contra Araluce en San Sebastián. Por el lado francés llegó a afirmarse que el presidente de la Asamblea Nacional, Faure, y el del Senado, Poher, se negaron a asistir a la cena de anoche en el Elíseo, en honor de los Reyes. Presiones calificadas de graves parece fueron necesarias. Estas personalidades liberales, se cree, hubieran deseado garantías seguras sobre la democratización en España. Más información en pág. 9
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.