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El jugador doce, lesionado

Hoy domingo, no hay que devanarse los sesos buscando la cumbre futbolística de la fecha poruqe está localizada en el encuentro España-Yugolvia con el que nuestra selcción comenzará su andadura para comparecer en la fase final de la Copa del Mundo, en Buenos aires para 1978. la organización argentina tan en borrador todavía sólo está segura de pocas cosas y una de ellas es desear la presencia de la selcción española -como de la italiana- porque eso les significa ingresos procedentes de las fuertes colonias oriundas.Pero esto es otra cosa, la que empieza hoy en Sevilla, con la que se inicia el cuarto reenganche de Kubala está en forcejeo entre la selcción yugoslava rejuvenecida y que intenta el camino de argentina con la baza de una formación joven reforzada con la presencia de tres emigrados. Poivoda, Oblak y Katalinski y una formación española también rejuvenecida pero dentro de un orden el que impone la estrechez de su recluta por la afluencia de extranjeros. Yugoslavia

puede llamar a sus exiliados como lo hizo Villalonga con Suárez y Del Sol y Kubala tiene que espigar entre lo que no ocupan los ajenos.

La singularidad de este partido para el que a las alturas que escribo todavía no hay formación española está en el ambiente enrarecido que le rodea. Se da la paradoja de que se llevó el encuentro al clima sevillano de apoyo tradicional a la selección española anterior Kubala, por cierto, buscando que el equipo nacional jugase como se decía de Joselito en «el patio de casa» y ahora resulta que el apoyo o no era incondicional o las relaciones públicas que funcionan para gratificar con ambiente propicio y generoso a la selección han cometido errores. Lo cierto es que, por faltar la sensación cara el público de Sevilla (y aún más sevilista porque se juega el partido en el campo del Sevilla) del «do ut des». el partido se va a jugar en un ambiente que en las vísperas se comprende que no era el buscado y esperado. Parece como si entre los jugadores licenciados por Kubala por su demasiada veteranía se hallase el otrora famoso «jugador número doce» que jaleaba estentóreamente y palmoteaba por sevillanas cuando Lora echaba el bofe en el campo bajo la camiseta de la selección. En cambio han mandado a Paco a españolear a Zagreb, con media docena de años más del límite de los seleccionados «Sub-21» porque no juzgándole el mejor para la meta no se han atrevido a dejarlo en el campo de suplente cara el público.

Luego hay otra cosa. Aquel mentecato que se lanzó a pegar al árbitro Linemayer y fue la causa de destierro del Real Madrid en la Copa de Europa está indirectamente complicando las cosas con el alhiguí de los terrenos que escoge, que aun escogidos en uso de la voluntad irrestañable del club, señala moros amigos y otros no amigos. A la Liga le sienta como un tiro, y de rebote salpica a la selección. Han tenido en el Real la pifia de reservar «in pectore» -será mayor pifia haberlo decid Ido por consecuencia- la designación de Málaga para el encuentro contra el Brujas a haber salido de su compromiso de Liga con el Sevilla. Imagine el desaire que por esta coincidencia, que pudo ser evitada, ha podido sentirse por un público que además lee que se da como posible que otro posible partído del equipo campeón de su serie del destierro se lleve al campo del Betis. Desaire para un público de reacciones galopantes como el del fútbol.

Esto llueve -o viceversa- sobre el mojado del ostracismo de Paco y del hecho de que la selección abunda en jugadores del Real Madrid. Los ambientes se firman con coincidencias y minucias, y sobre todo por inadvertencias. y así se busca un público adicto y sale el tiro por la culata. En fin, que gane España. cosa que a la selección le viene resultando arduo ante los yugoslavos y será más con el jugador número doce jubilado o pachucho por lesión de ánimo.

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