Retoques al proyecto de recargos en el precio de la energía

Después de las reuniones de la comisión delegada del Gobierno para Asuntos Económicos y del informe de la Junta de Precios parece que el enfoque que tendrá el decreto que establece recargos sobre el consumo de energía incidirá más sobre el aumento de costos de producción por la baja hidraulicidad que sobre el pretendido ahorro energético.Los recargos se prevén como transitorios. Parece que no hay ninguna duda en cuanto al aumento del 5 por 100 en los precios de los consumos que excedan del 95 por 100, del consumo eléctrico del mismo período del año anterior. Las industrias tendrán que estudiar medidas particulares de racionalización en los usos de la energía con objeto de no recargar sus costes de producción por esa vía.

En cuanto a los consumos domésticos parece qué el decreto inicial de industria ha sufrido importantes retoques que no evitan Ia subida, aunque sí la minimizan dentro de lo que cabe. En este sentido parece que se pretende insistir en la necesidad de tender al mínimo de consumo. La filosofía que algunos expertos plantean consiste en la progresiva inversión de la estructura de tarifas. La A.2, típica en las áreas urbanas con potencia instalada superior a 1.500 V., está basada en el estímulo al consumo mediante cuotas decrecientes por kilovatio consumido. Esta tarifa se impuso en momentos de energía barata en que el petróleo seguía a bajo coste Ahora parece que lo lógico sería tender a costes crecientes por kilovatio consumido, al tiempo que intensificar la información y los estímulos a una política de aislamientos que permita maximizar, el aprovechamiento eléctrico.

A la hora de justificar estos recargos el Gobierno pretende explicar al país que la baja hidraulicidad ha limitado la producción energética por esta vía de bajo coste por kilovatio y obligado a subir el consumo de fuel de mayor coste. Para compensar este aumento se establecerán los recargos que se pretende duren mientras la producción hidroeléctrica permanezca en las actuales cotas. Para algunos este recargo transitorio se convertirá, como es habitual en estos casos, en permanente.

Lo que ha sorprendido en algunos círculos de la Administración y de la empresa privada ha sido el inicial planteamiento del Ministerio de Industria a la hora de imponer estos recargos.