Los vecinos de La Cabrera, contra un agua mineral
Los vecinos de La Cabrera, en la zona norte de Madrid, no están dispuestos a que Fonsana acapare 30 hectáreas de pastos del término municipal que la empresa quiere utilizar para sus captaciones de agua, pero que significaría un grave quebranto para un pueblo fundamentalmente ganadero.La Cabrera consta de unas doscientas familias, de las que la mayoría viven de la cría de ganado vacuno. El censo actual de animales ronda alrededor de las setecientas cabezas, y su zona de pastos coincide casi exactamente con el terreno citado antes. Existe otra dehesa de pastos de buena calidad, pero está situada al otro lado de la carretera. Madrid a Irún y su cruce representaría un peligro constante. El clima de resistencia de los vecinos ha llegado a un punto tal, que hasta se propuso echar gasoil por las conducciones de la empresa, caso que no se llegara a una solución satisfactoria para ellos.
A mediados de junio pasado, cada propietario de parcela recibió una notificación de la Jefatura Provincial de Minas, en las que se les decía que se habían concedido a Fonsana, SA, la protección de 440 hectáreas, para que en las mismas pudiera realizar prospecciones y captaciones de agua, que luego se vende embotellada. Derechos a los que el Ayuntamiento no había puesto ninguna objección en su día. Estas hectáreas comprenden terrenos particulares y municipales, y en ellos es abundante el agua con características mineromedicinales, declarada de utilidad pública.
Ya en el 1969, la anterior Corporación había concedido el permiso de explotación a Fonsana.
Los propietarios afectados reaccionaron y, a través de la Hermandad de Labradores y Ganaderos, se tomó la decisión de enviar cartas a la Jefatura Provincial de Minas, pidiendo la revocación del acuerdo. Se enviaron más de trescientos escritos personales, todos con la mencionada petición. En el mes de julio el entonces gobernador civil, Jesús García Siso, visitó personalmente el terreno y se reunió con los denunciantes. Días después se comunicaba que el terreno bajo protección de Fonsana quedaría reducido a sólo 30 hectáreas.
Hasta ahora, el Ayuntamiento no ha facilitado datos concretos a las peticiones de los vecinos. Estos han enviado un nuevo escrito al Ministerio de Industria, de quien depende la Dirección General de Minas, a la Diputación Provincial y a la Cámara Oficial Sindical Agraria, exponiendo nuevamente la situación y pidiendo que tampoco se conceda a Fonsana la protección de esas 30 hectáreas, y que la empresa trabaje exclusivamente sobre las parcelas que sean de su propiedad particular.
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