John Naber ganó oro en espalda y plata en los 200 libres
Lo que el lunes por la mañana pareció esplendoroso, por la tarde pareció un nublado. Las marcas matutinas de las series quedaron empequeñecidas con las exhibiciones vespertinas. John Naber, Bruce Furniss, Kornelia Ender, y John Hencken, establecieron cuatro nuevos récords del mundo, y por tanto, también cuatro olímpicos. John Naber fue oro en los cien metros espalda, y plata en los doscientos libres. Naber es desde el lunes la estrella de Montreal, el nuevo astro, el nuevo Spitz. Naber es además simpático, sonríe con elegancia y luce un rubio bigote. Es, yo diría, por lo que suspiran las jovencitas que acuden a la piscina, una especie de Robert Redford con el sex appel de lo deportivo. Naber es un americano con porvenir. Naber ha asegurado un futuro de alto ejecutivo. En estos momentos puede proporcionar a Carter los votos necesarios para ser presidente. USA suspira por él.John Naber nació el 20 de enero de 1956 en Evanston, estado de Illinois. Es el gigante de la natación americana, con talla de pivot, ya que mide 1,98. Naber es estudiante en la Universidad de Southern, California, y en los pasados mundiales de Calí ya fue segundo. El triunfo de Furniss en los doscientos libres no le ha supuesto gran demérito, porque su compañero de equipo había venido con el récord del mundo, conseguido el pasado año en Kansas City.
El duelo entre estadounidenses y germanos democráticos, acabó el lunes por la tarde en empate, porque si bien Naber derrotó a Mat thes, y además Rocca se colocó en el lugar de la plata, Kornelia Ender y Patra Priemer, lograron las dos primeras plazas en los cien libres, y en los doscientos mariposa, Pollack, Tauber y Gabriel coparon todas las medallas.
La emoción olímpica no cesa. El récord femenino de los cien libres, que estaba en 55-73, ha quedado en 55-65; el de los cien espalda masculinos, que estaba en 56-19, ha pasado a ser 55-49; el de los doscientos libres masculinos, de 1-50-32, ha quedado en 1-50-29, y el de los doscientos mariposa femeninos, de 2-11-56, ha pasado a 2-11-41. El mundial de esta última prueba está en 2-11-22. El récord del mundo en braza lo consiguió Hencken en las semifinales, con un crono de 1-03-62. El anterior, que poseía él mismo, estaba en 1-03-88.
Los españoles, a participar
No estuvo muy afortunado Esteban Azkue en la segundajornada del foso olímpico. De los setenta y cinco disparos, falló esta vez siete, dos más que en la jornada inicial. Azkue cometió cinco errores en la primera manga y en las dos siguientes afinó cuanto pudo y se anotó 24 en ambas ocasiones. Su posición, a falta de los últimos cincuenta disparos, es airosa, aunqueno demasiado esperanzadora. El italiano Baldi, que está el primero, tiene siete aciertos más que el guipuzcoano, y el tercero, el portugués Silva, está con cinco más. De cualquier manera, si mantiene, al menos, el ritmo del primer día de competición, es probable que mejore su séptimo lugar. El logro de la medalla parece descartado, toda vez que los tres primeros son tiradores que se han anotado un pleno en cada tirada.
Eladio Vallduví no ha pasado del vigesimotercer lugar. Está empatado con otros tres tiradores, y a lo más que podría aspirar es a colocarse entre los quince mejores.
En carabina, posición tendido, Del Cerro y Pigrau han tenido una mediocre actuación. El primero ha quedado en el puesto número 41, y el segundo, diez más atrás. La calidad de los participantes de esta prueba ha sido grande, y lo demuestra el hecho de que el ganador, el alemán federal Smieszek, de los seiscientos disparos únicamente ha fallado uno, justamente el de la primera serie.
La vela era una de nuestras esperanzas, pero también se ha iniciado de modo dubitativo, ya que para poder obterter un triunfo será necesario que nuestros regatistas descarten su primera actuación, que ha sido en algún caso más que floja.
Gancedo y Turro han obtenido el octavo puesto en la primera prueba de la. clase «Tempest», Abascal y Benavides han sido duodécimos en «FD», Doreste ha ocupado la vigésima plaza en «Finn», Gancedo ha sido octavo en «Tempest», y los Costa y Anglada décimos en «Soling».
Podría pensarse que todavía quedan seis regatas, en las que todo puede variar, y de hecho así debe ser, pero los malos comienzos obligan a esfuerzos superiores y no permiten a lo largo de la competición nuevos fallos.
Como además, en boxeo, el deporte en el que se abrigaban especiales esperanzas de medalla, España ya ha sufrido la eliminación de los dos primeros púgiles que entraban en liza, Gómez Canet y Rodríguez Cal, este último estrella del equipo, queda claro que el panorama no permite grandes optimismos. Como el que no se consuela es porque no quiere, yo diría que España representa en Montreal el más puro espíritu olímpico. España generosamente viene a participar: repudia el triunfo.
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