Zoetemelk hizo la etapa de ayer de pie

La decimosexta etapa del Tour, Pau-Fleurance, de 152 kilómetros, fue, con diferencia, la de menos historia de todo el recorrido. El pelotón, siempre agrupado, marchó lentísimo durante más de 130 kilómetros y sólo se animó al final bajo el impulso del equipo de Maertens. Los belgas actuaron con gran inteligencia, y Pollentier, escapado ya al primer paso por meta, venció en el tercero y definitivo, con 16 segundos de ventaja sobre el pelotón. En éste, donde el español Viejo pudo haber tenido mejor colocación en el sprint, se impuso Maertens. Zoetemelk, que sufre un ántrax de tres cabezas, no se pudo sentar en el sillín en toda la etapa. Imagínense en qué se quedaría el Tour si fuera baja el único hombre que puede mover de su liderato a Van Impe. Delisle, el tercer clasificado en la general, está a más de nueve minutos. Esperemos que no se confirme, aunque por lo pronto ayer se pegó la gran paliza sin poder sentarse en el sillín.En cuanto a la etapa, sólo dos cosas a anotar: la victoria de Bellini en las dos cotas de cuarta categoría y los kilómetros finales. El italiano, al que aún le quedan diez cotas más de cuarta categoría en lo que resta de carrera para ganar la montaña, parece decidido a quitársela a Van Impe. En principio, es posible que lo consiga, pues actualmente está a sólo cinco puntos del belga y puede obtener hasta 30 en todos los puertos. Van Impe, eso sí, podría aún vencer en el Puy de Dome, único de primera categoría que falta por pasar y entonces le restaría 20 puntos. En resumidas cuentas, la montaña del Tour, como ven, se va a decidir ganando las cotas pequeñas, una vez más. Respecto a los kilómetros finales, el equipo de Maertens trabajó a destajo para ganar la etapa y además lo hizo muy bien. En efecto, tras un intento de Viejo antes de entrar en el circuito final, al que había que dar tres vueltas, cada una de cinco kilómetros, se destacaron Legeay y a su rueda, Pollentier. Al primer paso por meta su ventaja era de quince segundos. Al volver a hacerlo ya pasó solo el belga, pues el francés pinchó. En el último paso antes de la llegada, Pollentier no sólo resistió al pelotón, en el que nadie tiró demasiado, sino que aumentó su margen a 25 segundos. Sólo hubo ya un intento de Vianen, Paolini y Menéndez, el hombre de Vélez trabajador y atento a cualquier posible escapada final, pero sin más.

Pollentier, con una potencia tremenda, y dado que sólo en la primera vuelta tiró del pelotón el Le jeune, no tuvo problemas para ganar finalmente con 16 segundos de ventaja. De no haberlo hecho él sin dar opción en el sprint, habría ganado Maertens. Fue una lástima, como él mismo nos dijo tras la llegada, que Viejo lanzara demasiado pronto el sprint. Salió el campeón neoprofesional holandés Raas y nadie se fijó en él. Cuando saltó el español, en cambio, se pusieron a su rueda todos los belgas. Nos comentó que si en lugar de remontarle hubiese seguido a su rueda no habría tenido que meter la multiplicación 13, que le fue fatal. Se quedó clavado mientras le pasaban hasta once hombres en sólo 200 metros. Tenía esperanzas de hacer algo en el circuito y así se lo había dicho a sus compañeros.

Otros españoles destacados en la etapa fueron Perurena, que intentó saltar en el kilómetro 32 y después del Point Chaud, junto a Lasa y Teirlinck, pero sin demasiada convicción.