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La oposición democrática expone sus programas políticos

Representantes de los más destacados partidos políticos encuadrados en la oposición democrática tuvieron ocasión de exponer sus respectivos programas y puntos de vista sobre la actual situación española durante los tres días que ha durado el seminario «España y Europa», celebrado en el Instituto Alemán de Madrid.

El seminario ha estado organizado por el departamento de Sociología y Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Madrid y el Instituto Alemán. Ha actuado de coordinador el profesor de Derecho Político Antonio López Pina, quien, a partir de su deseo de ofrecer una plataforma abierta y libre para el debate, consiguió un apretado programa de intervenciones que se prolongó en cada sesión hasta la medianoche.Tres grandes corrientes políticas han sido invitadas a este seminario: socialismo, liberalismo y democracia cristiana, por considerar que representan tendencias directamente homologables en Europa, Cada sesión estuvo dedicada a una de estas grandes corrientes, e intervino cada día un representante del, partido político alemán más caracterizado y próximo a los españoles que participaban.

Han coincidido las tres sesiones del seminario con las del Pleno de las Cortes que aprobó la ley de Asociaciones. El tema de la posible entrada de los partidos en el marco asociativo legal ha salido más a relucir, sin embargo, en los pasillos, durante los descansos, que en las intervenciones de los oradores o en el debate posterior.

El primer día correspondió el turno a socialistas y comunistas. Intervino por parte del SPD alemán, Bruno Friedrich, portavoz para política exterior de la fracción parlamentaria de su partido, quien expresó su deseo de que pronto todo el pueblo español esté representado en un parlamento libremente elegido y se encuentre una vía pacífica para la democracia. En parecidos términos de apoyo y simpatía hacia la actuación de los partidos democráticos se expresaron en jornadas sucesivas sus compatriotas Martín Bangemann, liberal y Gerhard Reddmann, cristiano-demócrata del CDU, quienes también desarrollaron una exposición sobre la historia, alcance y planteamientos generales de sus respectivos partidos.

Los oradores españoles, a quienes correspondió un turno igual de quince minutos a cada uno, fueron: Manuel Azcárate (Partido Comunista), Raúl Morodo (Partido Socialista Popular), Felipe González (Partido Socialista Obrero Español), Jaime Miralles (Unión Española), Ignacio Camuñas (Partido Demócrata Popular), Eduardo Merigó (Partido Demócrata), Juan García Madariaga (Partido Progresista Liberal), Enrique Larroque (Partido Liberal), Joaquín Ruiz-Giménez (Izquierda Democrática), Javier Arzayuz (Partido Nacionalista Vasco), Fernando Alvarez de Miranda (partido en formación), Antón Cañellas (Unión Democrática de Cataluña), José María Gil-Robles y Gil Delgado y Francisco Babó (Unión Democrática del País Valenciano).

El punto casi común de todos los partidos, aunque no todos pusieron el mismo énfasis en ello, fue la necesidad de la ruptura democrática y su rechazo de la línea reformista. No obstante, se pusieron de manifiesto discrepancias de detalle significativas. Así, mientras que el PC y el PSP propugnaban un gobierno provisional,el PSOE se inclinaba, como más verosímil, a conseguir la formación de otro gobierno, más coherente y homogéneo, con el que la oposición pudiera negociar el calendario de la ruptura. El PCE, el PSOE, el PSP y todos los partidos demócratas cristianos que intervinieron (los integrados en el Equipo), se declararon partidarios de la fórmula federalista, mientras que los grupos liberales rehuían el tema para centrarse en los aspectos económicos.

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Los grupos liberales defendieron unánimemente la iniciativa privada y el libre comercio, y rechazaron las fórmulas cogestionarias en la empresa, aunque algunos, como el PDI de Ignacio Camuñas se mostraron favorables a la nacionalización de los grandes monopolios.

Entre los demócrata- cristianos, el partido que puso mayor énfasis en la necesaria transformación económica fue el capitaneado por Ruiz-Giménez, que acusó al capitalismo de provocar profundas injusticias sociales. Explicó también las razones de su permanencia en Coordinación Democrática como solidaridad con todos los grupos ilegales. «No es un pacto electoral -dijo- ni un compromiso histórico, sino una muestra de solidaridad en contra de las injustas discriminaciones hacia los diversos partidos que practica el Gobierno».

Fue también Izquierda Democrática, junto con el PSP, el partido que mayor atención dedicó a la concreta forma de gobierno. Coincidieron Ruiz-Giménez y Morodo en señalar que la disyuntiva no se plantea en términos de monarquía o república, sino en democracia o autoritarismo, y ambos, también, expresaron claramente su opinión de que la vía legitimadora más eficaz para la Corona era, precisamente, el establecimiento pleno y auténtico de las libertades políticas en España.

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