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Unidad a través de una plataforma de partidos socialistas

Por segunda vez en los últimos cuarenta años, los ademanes -brazo en alto con el puño cerrado- y los cantos -La Internacional- patrimonio de la izquierda marxista, en este caso, concretamente socialista, volvieron a estar presentes en un acto público: igual que en el congreso de la Unión General de Trabajadores (UGT) de hace meses, el domingo, en un hotel de Madrid, más de mil personas clausuraban con estos signos el III Congreso del Partido Socialista Popular (PSP), en el que se dio un importante paso para la unidad de los socialistas: el llamamiento para establecer una Plataforma coordinada de los partidos y grupos socialistas.

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«Este ha sido un Congreso abierto, y puedo decir que no sólo de nuestro partido, sino de toda la oposición democrática», dijo el presidente del PSP, recién elegido, Enrique Tierno, en las palabras de clausura de este III Congreso del PSP, que según palabras del propio señor tierno ha ofrecido a la opinión pública moderación, orden y convivencia libre».El profesor añadió que si se habían expresado protestas, habían sido contra «un desorden inadmisible», y que lo que allí se había pedido había sido «justicia, orden y convivencia factible entre todos los españoles cualquiera que sea su forma de pensar, mientras sea democrática».

El presidente concluyó estas breves palabras de clausura indicando que la primera consecuencia que podía sacarse de su Congreso, en el que han estado representantes de todas las fuerzas democráticas, es el testimonio que se había dado «de la dignidad de la oposición de izquierdas».

Estas palabras fueron subrayadas con un larguísimo aplauso y los gritos de Tierno, Socialismo, Viva el PSP y Viva España democrática y socialista, gritos que habían sido repetidos a lo largo de toda la jornada del domingo, que se inició con la presentación por parte de Javier García Bellido de una ponencia sobre política económica y social del PSP y sus anejos sobre planificación territorial y política educativa.

Informe del secretario general

El secretario, Raúl Morodo, presentó un informe sobre la trayectoria y los objetivos del PSP, en el que quedaban reflejadas la línea programática del partido y la estrategia del mismo cara al futuro. Raúl Morodo comenzó su exposición haciendo una breve síntesis histórica del origen del PSP.Desde entonces el PSP se propuso -en palabras del profesor Morodo- «elaborar un programa de Partido; coadyudar en el proceso de unificación dé toda la oposición y preparar el camino para una coordinación de todas la S fuerzas socialistas». «Nuestro partido -dijo Morodo- ha mantenido siempre la necesidad ineludible de la unidad de la oposición, sin exclusiones.»

En este sentido, Raúl Morodo indicó que su partido participó en la creación de la Junta Democrática, tuvo un papel importante en las negociaciones con Convergencia Democrática y contribuyó a la formación de Coordinación Democrática, que es, según sus palabras, «realmente hoy la alternativa de poder en nuestro país».

También dijo que el PSP había trabajado y seguía trabajando por la coordinación y unificación de todo el socialismo español. «El socialismo unificado -dijo- tiene que constituir una viable opción política de Gobierno. Es decir, los socialistas queremos gobernar en España, queremos transformar la sociedad española y queremos construir un Estado justo y democrático por una vía pacífica y democrática.»

«Entre todos -añadió- tenemos que articular un procedimiento que haga viable esta necesaria unificación. Somos conscientes de los problemas, pero por encima de legitimismos históricos, de personalismos, de diferencias de táctica, de presuntas hegemonías, la unidad de los verdaderos socialistas debe hacerse. Hacemos en este sentido un llamamiento con carácter de autoconvocatoria a todos los socialistas españoles a acelerar las conversaciones y establecer una Plataforma coordinada de los partidos y grupos socialistas.»

Raúl Morodo dijo a continuación que el PSP era «un partido de masas» que superaba los 10.000 militantes y más del doble de simpatizantes. Entrando ya en el análisis de la situación nacional, subrayó que para el PSP el cambio constitucional era una exigencia política y que «el simple reformismo constitucional no tenía sentido». Este cambio, a juicio del secretario del PSP, debe hacerse a través de la ruptura democrática a partir de una pacificación general de los ciudadanos, que se concreta en una amnistía política y sindical; el restablecimiento efectivo de todas las libertades públicas, incluida la libertad sindical; la legalización de todos los partidos políticos sin exclusiones y la celebración de elecciones generales constituyentes, auténticamente libres.

«Dicho en términos más concretos -dijo Morodo-, la articulación del proceso de cambio, sin traumas, exige la constitución de un amplio Gobierno de coalición nacional que inicie el camino procedente hacia la democracia.» Se refirió a continuación al referéndum anunciado y dijo que el PSP defenderá la abstención. Señaló también que frente a los intentos del Gobierno de captar miembros de la oposición, «el PSP no será el Sagasta socialista del neocanovismo que se quiere imponer, ni jugará por tanto el papel de socialismo dornesticado».

En cuanto a la política sindical -sobre la que se presentaría una ponencia que después se retiró-, abrogó por un sindicalismo unitario autónomo y de clase.

Finalmente y respecto a la situación internacional, indicó que el PSP era europeista y que era vital para España la adopción de una política mediterránea, y que había que exigir la retirada de las flotas e instalaciones extranjeras, especialmente las norteamericanas, y pidió que se reintegrara Gibraltar a España.

Tras la intervención de Raúl Morodo, tomó la palabra Juan Encinar, quien presentó una ponencia sobre las nacionalidades en la que se explicitaba el reconocimiento del PSP de las mismas y la necesidad de que éstas estuvieran representadas en las Cortes constituyentes.

A lo largo de la sesión del domingo tomaron la palabra representantes de los diversos partidos españoles invitados al acto. Por Comisiones Obreras habló Marcelino Camacho, que dijo que el no autorizar el congreso de CC OO no iba a dividir a la oposición. También hablaron Luis Yáñez (por el PSOE), Joaquín Satrústegui (por Unión Monárquica), Oscar Alzaga (por Izquierda Democrática Cristiana), Uruñuela (por el Partido Carlista), Nazario Aguado (por el Partido del Trabajo) y representantes del Movimiento Democrático de Mujeres, del Movimiento Comunista, del Partido Comunista de Euzkadi y Galicia, de la UGT y de la USO. Se leyó un mensaje de Santiago Carrillo y un saludo del Partido Comunista de España.

El Congreso finalizó con las palabras de Tierno reflejadas más arriba, a las que siguió el canto de La Internacional coreado desigualmente por los congresistas, la mayoría de ellos puño en alto, en «ademán de solidaridad de la clase trabajadora» como había dicho Tierno en el Congreso. «Cuando levantamos el puño -había señalado- no amenazamos, expresamos con ese ademán un gesto común de los socialistas de todo el mundo.»

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