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Ciclismo

Homenaje a Santisteban, en Barajas

Ayer, poco después de la una de la tarde, llegaron a Barajas los restos mortales de Juan Manuel Santisteban, fallecido el viernes pasado en Acireale, cerca de Catania, durante la primera etapa del Giro de Italia. Tras la imposición, por parte del delegado nacional de Deportes, de la medalla de plata al mérito deportivo, concedida a título póstumo, la caja de madera de pino que contenía el féretro fue embarcada en otro avión, que salió con destino a Bilbao a las dos de la tarde.Hacía mucho calor ayer a mediodía en el aeropuerto de Madrid. Tras una breve estancia en el gran salón de llegadas internacionales, el grupo de personas que esperaban el cadáver de Juan Manuel Santisteban, bajó a la pista de aterrizaje. Los altavoces acababan de anunciar la llegada del vuelo 366 de Alitalia, procedente de Roma.

Muchos rostros conocidos entre los presentes. De la Delegación de Deportes estaban Tomás Pelayo, Anselmo López, Antonio Navarro y Matías Rubio. Por parte de la Federación Española de Ciclismo, su vicepresidente, Pedro Herrero, y el seleccionador, Ramón Mendiburu. La Federación Castellana casi en pleno, y Luis Abilleira, único corredor, presidente de la Asociación de Profesionales. De familiares, dos hermanos y varios amigos íntimos del corredor fallecido El ambiente, aparte del calor, era tenso y cargado de emoción. A fin de cuentas, Santisteban no era un corredor cualquiera, sino uno que justamente se admiraba por su pundonor profesional y por su bondad.

Lo primero que bajó del avión «Isla de Nisida», fue la bicicleta Colgada del tubo central, la placa número 56. Venía precintada, desarmada, con el cuadro por un lado y las ruedas por otro. Muy pocas señales del golpe tan tremendo sufrido. Unicamente una abolladura en el tubo que lleva: el bidón dos rotos en el cuero del sillín y un gran corte en el tubular de la rueda delantera. Sí, bien pocas señales porque las más graves quedaron en el cuerpo del infortunado Santisteban. Luis Puig, presidente de la Española, y que acompañaba los, restos, como los dos patrones del equipo Kas, Javier, y Román Knorr, le contó a Pelayo los detallcs del accidente, nada más bajar del avión: Había pinchado González Linares y se quedaron para ayudarle a reintegrarse al pelotón él, Carlos Ocaña y Martos. Como era su costumbre, tiraba de los otros tres con fuerza, y al entrar en una curva miró para atrás a ver si venían. Había unas botellas en el suelo y eso fue lo que acabó de desequilibrarle. Derrapó y se estrelló contra el guardarraíl de la carretera. Ahí se fracturó el brazo, la pierna y varias costillas de un lado del cuerpo. A continuación salió, rebotado y, ya totalmente sin control, chocó con la cabeza contra el suelo. El descuido, pues, se unió a la mala suerte.Román Knorr, por su parte, comentó: Resulta increíble, al ver la curva donde se mató, cómo pudo suceder. Es abierta y sin peligro aparente ningunó, sólo se explica porque miró hacia atrás. Y ello demuestra además que el bravo santanderino iba a una velocidad enorme, como correspondía a sus fuerzas. Precisamente dos de los hombres a los que ayudó por última vez, Linares, paisano suyo, y Martos, qu le compartía la habitación; son ahora de los compañeros más aféctados. Ayer, junto a cerca de 8.000 personas, asistieron al emotivo funeral celebrado en Catania.

Una vez fuera del avión la caja que contenía el féretro, el delegado de Deportes le impuso la medalla: de plata al mérito deportivo, concedida a título póstumo. El padre Coca rezó un responso. Sobre la caja de madera de pino, había una gorra azul clara del Giro y una banda azul con esta inscripción: «Impresa Onoranza Funebre, Lo Giudice, Acireale». La ceremonia fue breve. El avión de Bilbao estaba a punto de partir. Los mismos que habían venido de Italia seguían viaje, junto a Matías Rubio, director de Deportesy los familiares y amigos del corredor. Abilleira nos habló de los dos homenajes nacionales, uno en su pueblo, Colindres, poco antes de la Vuelta a Cantabria, y otro; más adelante, en el Palacio de Deportes. Iba a llamar a Merckx, De VIaeminck, Thevenet y algunos corredores importantes más. Se unirán ajos que aún se le hacen en Italia. En aquellos momentos sobraban las palabras, pero nos impresiono especialmente lo afectuado que estaba Luis Puig.

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