Aburrimiento entre Palencia y Gijón

La etapa más Iarga de la Vuelta, Palencia-Gijón, de 249 kilómetros, fue a la vez Ia más tediosa de todo el itinerario. Los tres puertos finales y la bajada de Pajares no animaron nada la carrera.

Transcurrió lentísima y aburrida hasta León y se llegó. en pelotón al velódromo de Las Mestas. Priem fue el ganador extranjero de turno. De todas formas, el mayor lío de la etapa se formó en los últimos kilómetros, en el Alto de La Madera, donde la carrera, al cortarse el tráfico tarde y haber subido muchos automóviles, pasó de casualidad. En fin, a punto estuvo de repetirse lo del Naranco hace dos años. Si empezamos por el principio la historia de la jornada, ésta ya tuvo su intríngulis. Como se preveía, Jacques, el líder, dejó de serlo. Pero las cosas no están nada claras. Sin haber comunicado oficial, simplemente por haber recibido la notificación telefónica, se le desposeyó del mailloit en la salida de Paredes de Nava, localidad a donde se fue de forma neutralizada desde Palencia. Esto no es muy normal que digamos y la única explicación a ello es que la organización, perjudicada lógicamente con un líder falso, se lo quiso quitar de en medio rápidamente. Thurau, pues, corrió ya con el maillot amarillo y como tal subió al podium al final de la etapa. Para final del embrollo hay que decir que Jacques no pidió contranálisis. O sea, que Bergareche no estaba muy enterado en Palencia sobre el tema cuando nos dijo que sí Io había exigido.En cuanto a la etapa, no tuvo ninguna historia. Especialmente hasta la segunda meta volante de León, kilómetro 113, la marcha resultó lentísima y se llegó ya con un cuarto de hora de retraso. En la meta de Gijón, kilómetro 249, serían veinte minutos. Al margen del elevado kilometraje, la realidad es que la etapa fue suave por el trazado y sobre todo por el tiempo. Pajares, estaba con un sol espléndido. Se bajó totalmente en pelotón y únicamente se registró el primer ataque en la subida del Alto de Santo Emiliano, primero de los tres de la jornada. Se fueron Cima y Perurena, pero pronto fueron cazados para confirmar la benignidad de la carrera, el que saltó a continuación fue el semidesconocido Wellens.

El alto de la Madera, de tercera, único de la etapa, era demasiado suave para romper el gran grupo y si algo temimos. que sucediera fue el atasco monumental de automóviles que se produjo. Los agentes de tráfico no anduvieron listos que digamos y entre Ios coches aparcados que habían subido y que se cortó tarde la circulación, se pasó de milagro, tanto los seguidores como los corredores. En la meta del velódromo de Las Mestas, se impondría otro extranjero, Priem, que con su triunfo se ha acercado de forma peligrosísima a Elorriaga, sólo cuarto en la meta, en lucha que ambos mantienen para el maillot verde. La ventaja que el vizcaíno tenía ha bajado de 16 a 5 puntos solamente. En el primer paso por meta iba Elorriaga en cabeza, pero fue rebasado en la siguiente curva muy astutamente por el interior de la cuerda por Odiales. El asturiano conoce de sobra el velódromo y quiso triunfar en su tierra. Perurena, sin embargo, que vino de atrás, y más aún Priem, por el exterior, le superaron.

En fin, el aperitivo de la montaña que ya hoy tendremos, no fue nada gustoso. No importe demasiado. El primer plato que se servirá entre Gijón y Cangas de Onís nos puede prometer más cosas. Cinco puertos, uno de tercera, dos de segunda y otros tantos de primera, con el último, el alto del Fito, a tan sólo 20 kilómetros de la meta, es para prometer, indudablemente. La Vuelta, por fin, llega a su punto culminante.