_
_
_
_
TENIS | OPEN DE AUSTRALIA
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Badosa y Alcaraz, cara y cruz

La victoria de Paula tiene gran mérito, por todo el trabajo que le ha llevado regresar a la élite, y Carlos pagó la falta de intensidad en el segundo set

Badosa celebra un punto contra Gauff.
Badosa celebra un punto contra Gauff.LUKAS COCH (EFE)
Toni Nadal

Los aficionados españoles al deporte en general y en particular al tenis se levantaron con la buena noticia de la clasificación para las semifinales del Open de Australia de la jugadora española Paula Badosa. La catalana se desembarazó con autoridad, tras un gran encuentro, de la cabeza de serie numero tres, la estadounidense Coco Gauff. Fueron casi dos horas de intensa lucha, en las que nuestra jugadora se mostró más segura desde el fondo de la pista e hizo prevalecer en todo momento su mayor consistencia.

La española supo mantener la serenidad durante todo el choque y, al mismo tiempo, mostrarse agresiva y determinante en los momentos de máxima tensión. Creo que hay dos hechos que marcaron la victoria de la gerundense: su superioridad en los puntos jugados sobre el segundo servicio de su rival y, sobre todo, la diferencia en los errores no forzados cometidos por ambas contendientes. Mientras Badosa acabó con 23, la jugadora americana cometió 41. Si tenemos en cuenta que Paula consiguió la victoria tras adjudicarse 78 puntos, esto significa que más del 52% se los anotó por errores de su rival.

La cifra es, ciertamente, demasiado elevada. Aun así, la victoria de Badosa tiene un gran mérito, no solo por haber sido capaz de derrotar a la tercera jugadora mundial y, con ello, haber alcanzado su primera semifinal de un torneo del Gran Slam, sino sobre todo por el duro trabajo que le ha llevado regresar a la élite mundial.

Hay que recordar que una inoportuna lesión le hizo perder toda su confianza y la llevó a ocupar la posición 140ª del ranking de la WTA. Hoy, apenas doscientos cincuenta días después, y pase lo que pase a partir de ahora, se colocará , otra vez, entre las diez mejores jugadoras del mundo. El juego exhibido estos días nos hace albergar renovadas esperanzas de que pueda convertirse en la primera española que consiga alzarse con la victoria en este torneo.

Si nuestra jugadora fue la cara de la moneda, la cruz le correspondió, en esta ocasión, a nuestro gran campeón Carlos Alcaraz. En un buen encuentro cayó derrotado por tres sets a uno ante el incombustible Novak Djokovic. Tal vez a Carlos le faltó imprimir un ritmo más elevado a su juego y ser algo más agresivo, sobre todo, después de haberse adjudicado el primer set. Creo que esta falta de intensidad en los inicios del segundo parcial permitió al serbio adelantarse rápidamente por tres a cero en el marcador y recuperarse anímicamente. Esto le dio alas para poder creer nuevamente en sus posibilidades y seguir luchando denodadamente hasta el final. Nole igualó la contienda y, a partir de aquí, fue ligeramente superior a su rival. Victoria merecida para el jugador de Belgrado, que Carlos aceptó con la misma deportividad y sonrisa de siempre.

Esta derrota supone un pequeño traspiés en la carrera del jugador de Murcia. Tenía ante sí la posibilidad de convertirse en el tenista más joven de la historia en completar la victoria en los cuatro grandes; un récord que habría podido añadir a su ya extenso palmarés.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_