Alexander Zverev, acusado de maltrato, escollo de Alcaraz
El tenista alemán, que se medirá al español en los cuartos de Melbourne, será juzgado en mayo por una acusación de violencia machista contra su expareja
Alexander Zverev, uno de los mejores tenistas del mundo, rival de Carlos Alcaraz en los cuartos del Open de Australia, será enjuiciado en mayo en Berlín, acusado en un caso de violencia machista contra una expareja. El episodio sucedió en Berlín y también en mayo, de 2020. Aquel día, Zverev, número seis del mundo en la actualidad, presuntamente empujó y arrinconó a Brenda Patea contra la pared de un apartamento y la agarró con fuerza del cuello, asfixiándola durante unos segundos. Según el tribunal del distrito de Tiergarten, el deportista está acusado de “haber maltratado físicamente a la mujer durante la discusión, atentando contra su salud”. En noviembre del año pasado, dicho tribunal ya le impuso una multa de 450.000 euros por “agresión”, pero el tenista rechazó los cargos y recurrió el fallo. Instantes antes de su estreno en el torneo australiano, el pasado martes, Zverev fue informado de que será juzgado esta primavera. Él y Patea tuvieron una hija en marzo de 2021.
Según los documentos judiciales, dos amigos de la mujer corroboraron la versión de esta, al igual que el Ministerio Público después de haberla sometido a un exhaustivo examen psicológico. En una entrevista concedida al medio alemán Südeutsche Zeitung el pasado mes de noviembre, Patea aseguró que los abogados de Zverev le presentaron un contrato de nueve páginas para garantizar la estabilidad de la hija de ambos que contemplaba un pago de 100.000 euros, una manutención y el derecho a vivir en una de las propiedades del deportista. Todo ello, siempre y cuando Patea viajara al menos seis veces con su hijo a torneos de la gira ATP, borrara todas las publicaciones con el menor de las redes sociales y “guardara el más estricto secreto de todos los detalles de su vida anterior juntos”.
Antes de que se produjera este episodio, Zverev fue acusado por su novia anterior, Olga Sharypova, de haberla golpeado y agarrado por el cuello, además de haber tenido una actitud controladora durante una estancia en Shanghái en octubre de 2019. Los hechos también remiten a capítulos en Montecarlo, Nueva York y Ginebra. En 2021, el organismo que regula el circuito masculino, la ATP, abrió una investigación externa —a cargo de The Lake Forest Group— que “no pudo corroborar las acusaciones de abuso” y que concluyó que no existían “indicios y pruebas fiables” de que se tratase de un episodio de violencia machista. Tras recabar mensajes de texto, audios e imágenes, y de entrevistar a otras 24 personas, la ATP decidió no tomar ninguna medida contra el jugador, uno de los iconos de la actual generación intermedia.
Zverev, de ascendencia rusa, nació en Hamburgo hace 26 años y se ha convertido en uno de los mejores jugadores de la historia de su país, superado solo por Steffi Graf (22 grandes), Boris Becker (6) y Angelique Kerber (3). Pese a que aún se le resiste la recompensa de un major ya posee 21 títulos y presume también de haber ganado el oro olímpico, y este miércoles se enfrentará a Alcaraz (6-4, 6-4 y 6-0 a Miomir Kecmanovic) en los cuartos de final. Era uno de los jugadores con mayor proyección de su generación y colecciona más de 400 victorias individuales. Pero también un largo expediente de salidas de tono.
“La ATP no ha hecho nada”
Sin ir más lejos, golpeó violentamente la silla del juez en Acapulco, en 2022, y antes fue captado participando en una multitudinaria fiesta durante la pandemia, quebrantando la cuarentena. Después de sufrir una grave lesión en el tobillo, por la que tuvo que pasar por el quirófano, trata de ser competitivo de nuevo entre los más fuertes. Ha batido varias a Nadal, Federer y Djokovic, y también domina el particular con Alcaraz (4-3), y aspira ahora a sumarse al sueco Stefan Edberg como el único capaz de ganar el título en Australia tanto como júnior como en la categoría absoluta. Sin embargo, ante una acusación por violencia machista, el tenis queda en un segundo plano.
Recientemente, Zverev fue elegido como miembro del Consejo de Jugadores de la ATP, la representación que vela por las condiciones de los profesionales. Una elección que no gustó a la número uno, la polaca Iga Swiatek: “Seguro que no es bueno que un jugador que se enfrenta a cargos de este tipo sea promocionado”. También se refirió al asunto la estadounidense Sloane Stephens, campeona del US Open en 2017 y una de las voces en el Consejo de Jugadoras: “La ATP no ha hecho nada en tres años, así que no creo que en los próximos cinco meses vayan a cambiar mucho las cosas. Tengo claro que si algo así hubiera sucedido en nuestro circuito [el de la WTA], la persona imputada no estaría en el Consejo”.
La rusa Daria Kasatkina, por su parte, criticó la programación televisiva en sus redes sociales y, en paralelo, al alemán. “No ponen tenis femenino en la televisión. Están jugando en la Rod Laver [la central de Melbourne] en horario de máxima audiencia y prefiero no decir a quién están poniendo…”, escribió. Luego, reaccionó a una respuesta de otra usuaria que decía preferir ver a Zverev antes que un partido entre mujeres, si ninguna de ellas era australiana. “Si eres mujer”, se dirigió la número 13 del mundo, “te aconsejo que investigues sobre el chico que quieres ver y lo pienses de nuevo”.
Entre los compañeros del acusado predomina el silencio. La mayoría de ellos dicen no conocer el asunto o bien no tener nada que comentar. El caso Zverev se ha convertido en un tema tabú entre bastidores. Entretanto, él se molestó ante la pregunta de una reportera, que el pasado jueves le planteó si acudirá al juicio de mayo en Berlín, teniendo en cuenta que no tiene la obligación de presentarse y que en esos momentos estará disputándose Roland Garros. “Guau, ¿esa es la pregunta? Acabo de jugar durante cuatro horas y cuarenta minutos; no es la primera pregunta que esperaba escuchar, honestamente”, respondió. Fue la única pregunta en inglés que recibió. Pero la tensión no queda ahí. “¿Por qué no lo sería?”, contestó cuando le interrogaron sobre si era apropiada su continuidad en el Players Council. “Sí, creo que sí. Nadie me ha dicho nada”, expresó sobre si tenía o no el respaldo de sus compañeros, asegurando a la vez que “algunos periodistas están más interesados en contar esa historia y generar clics que en la verdad”.
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