El viaje al centro de Mbappé que culmina el clic del Real Madrid
El francés ha encajado en el ataque de Ancelotti tras pasar de recibir en zonas interiores el 37% de las veces hasta el partido contra el Athletic a hacerlo el 49% desde aquel día en el que dice que tocó fondo
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Cerca de la medianoche del miércoles, Mbappé asomó al fondo, en lo alto de las escaleras, y un inusual “ooooh” recorrió la zona mixta del Bernabéu abarrotada de periodistas. Fue tan raro como fugaz. Una especie de reflejo colectivo que no había pasado nunca. Descendía con el balón del hat trick al Manchester City. Aunque aún no había tenido tiempo de revisar las dedicatorias de sus compañeros: “No lo he visto, porque tenía que venir aquí a hablar”, repetía sonriente. Habló mucho, y después lo resumió en Instagram con tres emojis de cabezas explotando: “¡¿Así son las noches de Champions en el Bernabéu?!”. Su exhibición significó también la culminación del arduo ajuste de Carlo Ancelotti durante casi seis meses. Por fin, todo encajaba.
Los dos primeros goles son ejemplos redondos del acople del Madrid en el que Mbappé deslumbró como última parada del show. El 1-0 es una secuencia de 17 pases que comienza con un robo de Tchouameni en el área de Courtois. Según los registros de Opta, el City no encajaba un gol con tantas combinaciones desde 2017, cuando le marcó el Shakhtar tras enlazar 24. La jugada contuvo toda la versatilidad conquistada por el Madrid: maduraron la salida con los 16 primeros pases y entonces Asencio encontró a Mbappé con un envío al espacio que habían generado por el centro.
17 - El jugador del Real Madrid, Kylian Mbappé, ha marcado el gol tras la segunda mayor secuencia de pases ante el Manchester City de Pep Guardiola en la Liga de Campeones (17), tras el logrado por Ismaily con el Shakhtar Donetsk en diciembre de 2017 (24). Hipnosis. pic.twitter.com/GOJmEKcJg9
— OptaJose (@OptaJose) February 19, 2025
Guardiola dejó el resumen más lúcido y resignado: “Incluso con oponentes a su lado, tienen la capacidad de aguantar el balón y darle continuidad al juego, que eso al Madrid antes le costaba un pelín más. Ahora son capaces de hundirte y hacer jugadas de gol a través de los pases”, dijo. “Si les aprietas arriba, los tres de arriba te alargan el campo, y con la movilidad de Bellingham, te atraen mucho. Y si tiran largo y agarran las segundas bolas, estás expuestísimo”.
El 2-0 tuvo también ese punto híbrido. La jugada empezó en el área propia, con un pase de Courtois. Nueve paradas más tarde, el balón lo tenía Mbappé en la de Ederson. El Madrid ha hecho un clic colectivo y el francés lo ha rematado con su dinamita, en zonas cada vez más centrales. Se ha ido despegando del costado izquierdo al que se inclinaba al llegar, y del que quiso alejarle Ancelotti para acercarle al gol. “Si estás más por dentro, no es necesario tocar muchas veces el balón para marcar. Un desmarque y un toque. Su mejor calidad es el desmarque y la velocidad”, explicó el italiano.
Hay un dato de Hudl Statsbomb que resulta revelador. Hasta el partido de Liga contra el Athletic en diciembre en San Mamés, el día que considera que tocó fondo, Mbappé recibía el 37,1% de los balones en la zona central del último tercio: en el área y unos metros por detrás la frontal. Desde aquel partido hasta el hat trick al City, ha recibido por el centro el 49,3%.
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Ha pasado de ser diana en los territorios clásicos de un nueve un tercio de las veces, a participar en el juego desde allí en la mitad de las ocasiones en las que interviene.
La mudanza progresiva hacia el centro no es el único factor que ha disparado sus prestaciones, aunque coincide con una mejor selección de sus tiros. Hasta el partido contra el Athletic de diciembre, los rivales le bloqueaban el 33% de los intentos en la Liga y la Champions. Desde ese día y hasta el miércoles, solo le bloquearon el 16%, la mitad.
Ancelotti tenía claro desde el principio que Mbappé debía explotar la zona central, tanto por sus habilidades como finalizador y por su velocidad como por la destreza de Vinicius por la izquierda. No fue el primer entrenador que le imaginó empachándose de goles por ahí. Ya en el Mónaco, en la temporada 2017-18, Jardim ideó el modo de abrirle esa zona, como explicó en The Athletic su asistente, Nelson Caldeira: “Marcábamos una zona en el campo de entrenamiento y decíamos: ‘Aquí es donde tiene que venir [Radamel] Falcao, acercándose a los centrocampistas. Si Falcao se acerca, este espacio (a la espalda) se liberará y podrá atacarlo Kylian”.
El ajuste de estas dinámicas en el Madrid no fue inmediato. Ancelotti trató incluso de limpiarle la zona retirando a Bellingham a la derecha en un par de partidos. Pero el francés seguía sin encajar. “Yo pensaba mucho. Lo puedes ver en los partidos. En cómo hacer eso, cómo moverme, ir al espacio. Si me iba a la zona de Vini en la izquierda, a la de Rodrygo… Cuando piensas mucho, no juegas bien”, contó el delantero. Hace un mes, Ancelotti dio por zanjado el asunto después de que le marcara dos goles a la UD Las Palmas: “Es el mejor delantero centro del mundo”.
El miércoles Bellingham determinó que habían conseguido engrasar la danza: “Nuestra gran fortaleza es la libertad con el balón. Somos impredecibles, por el movimiento y la fluidez”. El Mbappé que ha viajado al centro ya baila la misma música que Vinicius, Rodrygo y el inglés.
Después del partido contra el Athletic, ha marcado 18 goles en 18 partidos. Hasta entonces había anotado 10 en 20 encuentros. Tras eliminar al City, Ancelotti apuntó muy arriba: “Tiene la calidad para llegar al nivel de Cristiano. No va a ser sencillo, tiene que trabajar”.
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