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Valencia VAL
1
Hugo Duro 43'
Barcelona BCN
2
Lewandowski 48' (p), 50'
Finalizado

La Masia toma Mestalla: El Barça remonta ante el Valencia

Lewandowski corona con dos goles el meritorio triunfo de los azulgrana ante un cansado equipo valencianista

Robert Lewandowski marca de penalti su segundo gol ante el Valencia.
Robert Lewandowski marca de penalti su segundo gol ante el Valencia.Biel Aliño (EFE)
Ramon Besa

Robert Lewandowski, el futbolista señalado por Xavi y rehabilitado por Flick, no se oxida en un momento de mucho tránsito de jugadores en el Barça. El ariete firmó una victoria de mucho mérito en Valencia. Marcó dos goles aparentemente sencillos (uno de penalti) en un partido muy complicado por las circunstancias de la jornada y por el fuego de Mestalla. La crónica deportiva no desmereció la económica ni la de sucesos que han presidido últimamente la vida del Barcelona. Los azulgrana pasaron un mal rato hasta el 1-0 para remontar después con una cierta suficiencia ante un adversario diezmado y sin la profundidad de banquillo del Barça. Los muchos juveniles barcelonistas se batieron como jabatos para que Lewandowski marcara las diferencias en el debut en la Liga

VALValencia
1
Giorgi Mamardashvili, Cristhian Mosquera, Yarek Gasiorowski, Thierry Correia, Jesús Vázquez (Martín Tejón, min. 76), Diego López (Dimitri Foulquier, min. 65), Javi Guerra (Hugo Guillamón, min. 85), Rafa Mir (David Otorbi, min. 76), Pepelu, André Almeida (Dani Gómez, min. 65) y Hugo Duro
BCNBarcelona
2
Marc-André ter Stegen, Iñigo Martínez, Pau Cubarsí (Andreas Christensen, min. 63), Jules Koundé, Alejandro Balde (Gerard Martín, min. 63), Lamine Yamal (Pau Víctor, min. 85), Raphinha, Marc Bernal (Eric García, min. 70), Ferran Torres (Pedri, min. 63), Marc Casadó y Robert Lewandowski
Goles 1-0 min. 43: Hugo Duro. 1-1 min. 48: Lewandowski. 1-2 min. 50: Lewandowski
Arbitro José María Sánchez Martínez
Tarjetas amarillas Pepelu (min. 37), Pau Cubarsí (min. 46), Vazquez Alcalde (min. 49), A. Christensen (min. 68), Koundé (min. 80)

No se sabía muy bien qué esperar del Barça después que el esperanzador sueño americano de la pretemporada acabara con una sorprendente pesadilla en el Gamper. Hay todavía muchos jugadores a la espera, el equipo está por hacer y el entrenador acaba de llegar a un club que se ha acostumbrado al funambulismo de Laporta. Ante tanta incertidumbre por las lesiones, las inscripciones, el mercadeo y la resaca olímpica y de la Eurocopa, la respuesta de Flick fue categórica en Mestalla. Los azulgrana comparecieron con una alineación valiente porque en la sala de máquina se juntaron dos jóvenes de la Masia, como Marc Casadó y Marc Bernal, ya protagonistas en la gira de Estados Unidos, y Raphinha se situó de media punta por detrás de Yamal, Lewandowski y Ferran. Aunque la formación era provisional, Flick quería jugadores en forma y dejó fuera a Dani Olmo.

La fuerza del Valencia está en el colectivo y en el ingenio de Baraja. Al igual que pasa en el Barça, la precariedad obliga a confiar en la cantera y en veteranos como el recién llegado Rafa Mir. La diferencia es que su juego está más sabido y automatizado, difícil de defender para equipos reiterativos con las pérdidas de balón y lentos en el repliegue como es el Barcelona. El fútbol del Valencia era más presionante y dañino que el de los azulgrana, faltos de hilo de juego y de sorpresa, demasiado alejados del área por más que dominaran la medular, muy pendientes de Marc Bernal y Raphinha. Los muchachos de Baraja llegaban y chutaban más y mejor que los de Flick. Los errores no forzados de los delanteros hipotecaban a un Barça más esforzado que clarividente, sofocado e intimidado por Mestalla

El desacierto azulgrana quedó resumido en Raphinha, tan participativo y repetitivo en el tiro como torpe en la asociación, sin la incidencia que se exige a un jugador con una demarcación clave en la apuesta de Flick. No funcionaba el enganche, tampoco se tiraban desmarques ni había roturas y el Barça era un equipo demasiado plano, sin juego por dentro, incapaz de desestabilizar a un contrario que jugaba al gusto de Baraja. El Valencia se creció progresivamente, cada vez más fuerte por las bandas, y la pelota empezó a cruzar el área de Ter Stegen. Hugo Duro cabeceó a la red un centro de Diego López y si no marcó el 2-0 gol fue por la mediación de Cubarsí. El gol despabiló al Barça, hasta el punto que Lewandowski empató antes de alcanzar el descanso, cuando embocó con la punta de la bota una asistencia de Lamine, decisivo para dar continuidad a la comba de Balde.

El Barça no dejó de percutir por el costado izquierdo y firmó el remonte desde el punto de penalti después que Mosquera atropellara a Raphinha en una excelente maniobra de Ferran. Lewandowski no perdonó y puso el 1-2. El marcador encendió Mestalla. El Valencia se fue a la carga y convirtió cada jugada en una acción decisiva, un ejercicio de supervivencia para un fatigado Barcelona. El partido se rompió y se convirtió en un ir y volver de los dos equipos desde que Baraja fue amonestado porque el árbitro no expulsó a Cubarsí. Los cambios, sin embargo, ayudaron definitivamente a los azulgrana, que pudieron calmar la contienda y rebajar la afrenta del Valencia, ya con un juvenil más en la cancha como Gerard Martín.

La manera en que el Barça cerró el partido fue mucho más interesante que la apertura que fue dominada por la estrategia del Valencia. El Barça acabó por ser el equipo sólido y serio que quería Flick. Los azulgrana no parecían precisamente juveniles sino que operaron con temple, oficio y categoría, como quería Flick.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.
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