El Granada baja a Segunda tras el triunfo del Mallorca: un descenso lleno de improvisación y bandazos deportivos
Con una plantilla mal reforzada en verano, el equipo andaluz pasó del fútbol alegre de Paco López al conservadurismo de Cacique Medina y un último intento con Sandoval
El Granada es ya equipo de Segunda División. El triunfo del Mallorca ante Las Palmas (1-0) hace que el descenso del equipo andaluz sea ya matemático cuando restan tres jornadas para el final de la Liga. De nada le sirve el duelo ante el Real Madrid (Dazn, 18.30), convertido en un escenario muy triste para la fiel afición del Granada, que ha mostrado y mostrará su enfado por este descenso, el séptimo en la historia del cuadro andaluz y menos de un año después de su último ascenso. “Al menos hemos provocado que se hicieran números por la salvación”, afirmó tras el choque ante el Sevilla de la pasada jornada José Ramón Sandoval, el tercer entrenador del Granada en una aciaga temporada. En el Sánchez Pizjuán, con la derrota por 3-0, se enterraron las remotas opciones de salvación del equipo rojiblanco.
Sandoval, que llegó en la jornada 30, no ha podido reparar una situación desesperada. El Granada estaba entonces a 13 puntos de la salvación, condenado después de haber obtenido solo dos victorias en un curso muy discreto. Sandoval, al menos, logró esas mismas dos victorias en tan solo seis jornadas. El descenso es el resultado final de una planificación muy deficiente, de continuos bandazos y mucha improvisación de sus dirigentes.
El Granada es un club de propiedad china. Y estos dirigentes tienen mucha culpa del descenso de un equipo al que le cuesta asentarse en la élite. Principalmente, porque después del ascenso conseguido por Paco López y un grupo de futbolistas muy comprometidos, con el joven Bryan Zaragoza como figura estelar, la propiedad puso al Granada en el mercado. Los actuales dueños se hicieron con la entidad andaluza en 2016, tras pagar 37 millones de euros a la familia Pozzo. Después del ascenso del año pasado, pensaron que había llegado el momento adecuado para vender.
La ausencia de compradores convincentes provocó un retraso en la planificación veraniega. Paco López se ganó la renovación, pero el equipo no se reforzó de manera adecuada, especialmente en la parte de atrás. López lideraba a un grupo que subió jugando muy bien al fútbol y en donde jugadores como Neva, Miguel Ignasi, Callejón, Uzuni, Puertas, Quini, Bryan Zaragoza o Jorge Molina habían formado el bloque del ascenso. Esta base necesitaba refuerzos de calidad en Primera. Se contó con el joven Samu, que había asombrado en la pretemporada, mientras que se fichó a Gumbau y Gonzalo Villar.
Todo comenzó a derrumbarse muy pronto. Samu fue contratado por el Atlético de Madrid por solo seis millones de euros, ante la incapacidad del club de haber subido su cláusula antes de ponerlo en el escaparate. Posteriormente, Samu sería cedido al Alavés por el Atlético. Llegó Lucas Boyé, que no ha podido ser decisivo. El Granada de Paco López, no obstante, ofrecía buenas sensaciones en el juego. Además, el técnico había encajado en la ciudad y era muy querido por la afición. Eso sí, tan solo ganó un partido en la primera vuelta, al Mallorca (3-2), por lo que el equipo siempre se movió por los puestos bajos de la tabla. En el mes de octubre, la propiedad dio un primer golpe de timón bastante inesperado. Contrató a un ojeador de la Juventus, Matteo Tognozzi, como nuevo director deportivo en sustitución de Nico Rodríguez. Los cambios deportivos estaban por llegar.
La derrota el 24 de noviembre por 3-1 ante el Alavés provocó la destitución de López. Tognozzi tomó la decisión más controvertida de la temporada. Puso el equipo en manos del Cacique Medina, un técnico uruguayo sin ninguna experiencia en Primera. El Granada cambió radicalmente de estilo y el director deportivo, además, dio otro bandazo importante en el mercado invernal. Fichó hasta once jugadores con la intención de que Medina pudiera lograr la permanencia, gastando 4,5 millones. El bloque que logró el ascenso pasó a mejor vida. Y más cuando el Bayern se hizo con Bryan Zaragoza, que había alcanzado la internacionalidad absoluta con España, por 15 millones de euros. El extremo apenas ha jugado en el gigante alemán (87 minutos en cinco partidos).
Sin su estrella ni otros referentes, el fútbol conservador de Medina apenas obtuvo resultados. Ganó un partido de 14 choques. El club decidió la destitución de Medina y lo intentó a la desesperada con Sandoval cuando restaban 10 jornadas para el final. El Granada mejoró, pero la reacción ha sido insuficiente. Se marcha a Segunda División añorando el periodo de Diego Martínez en el banquillo (de 2018 a 2021). Una etapa en la que el Granada alcanzó los cuartos de final de la Liga Europa y las semifinales de la Copa. En la Liga, acabó en la séptima y en la novena plaza.
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