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El Atlético no tiene muro y cae en Dortmund

Los de Simeone, muy frágiles en defensa, son eliminados tras igualar los dos goles de ventaja con los que el conjunto alemán se fue al descanso

Maatsen marca el segundo gol del Dortmund ante el Atlético.Foto: CHRISTOPHER NEUNDORF (EFE) | Vídeo: EPV (EFE)
Ladislao J. Moñino

En un partido puro de Copa de Europa, con vaivenes en el marcador que inclinaron la eliminatoria hacia un lado y otro, el Dortmund y su famoso Muro Amarillo terminaron por aplastar al Atlético. El equipo de Simeone se había rehecho un rácano y temeroso primer tiempo en el que encajó dos goles. Los igualó en el arranque del segundo acto y fue llevado por delante por su fragilidad defensiva por el último ramalazo furioso de su rival. Encajó dos goles en tres minutos de los que no pudo recuperarse.

BDOB. Dortmund
B. Dortmund
4
Gregor Kobel, Julian Ryerson, Ian Maatsen, Hummels, Nico Schlotterbeck, Jadon Sancho (Salih Ozcan, min. 86), Karim Adeyemi (Jamie Bynoe-Gittens, min. 66), M. Sabitzer, Emre Can, Brandt (Marco Reus, min. 90) y Füllkrug
ATM Atlético
2
Atlético
Oblak, Giménez, Mario Hermoso, Witsel, Koke, De Paul (Saúl, min. 83), Marcos Llorente, Nahuel Molina (Pablo Barrios Rivas, min. 45), Azpilicueta (Rodrigo Riquelme, min. 45), Griezmann y Morata (Correa, min. 45)
Goles 1-0 min. 33: Brandt. 2-0 min. 39: Ian Maatsen. 2-1 min. 49: Hummels (p.p.). 2-2 min. 64: Correa. 3-2 min. 71: Füllkrug. 4-2 min. 73: M. Sabitzer.
Árbitro Slavko Vincic
Tarjetas amarillas Azpilicueta (min. 29), Julian Ryerson (min. 43) y Mario Hermoso (min. 46)

El partido arrancó como un clásico de la competición. Azpilicueta se anticipó a Sabitzer cuando este se disponía a fusilar a Oblak y Morata desperdició un mano a mano tras una carrera en solitario para citarse con Kobel. Pareció morir el Atlético en esa galopada de Morata. Tuvo el mismo efecto sobre él y sus compañeros como si hubieran encajado un gol. No se repusieron los futbolistas de Simeone en todo el primer tiempo. Lo que había empezado con una defensa de los espacios en bloque medio fue retrocediendo en la medida que el Dortmund iba encontrando rendijas por las que avisar. A duras penas entre Giménez, Azpilicueta y Witsel podían sostener las pacientes embestidas locales. Siempre tocando hasta buscar el momento de acelerar. El acoso comenzó por peinadas del tanque Füllkrug para que Brandt, Sancho o Adeyemi recibieran de cara. Esto ya empezó a descomponer el orden defensivo del Atlético. Adeyemi aprovechó una de esas prolongaciones de Füllkrug para probar a Oblak con un disparo centrado. Al poco, el veloz extremo descubrió que Nahuel Molina estaba hecho un flan con una cesión comprometida a su portero. Olisqueó la sangre el Dortmund en el flanco de Molina, en el espacio entre el argentino y Witsel. Y allí puso la pelota Hummels con el exterior de su bota derecha desde unos cinco metros de la frontal del área. La posición del veterano central delataba dónde jugaba cada equipo. El Dortmund metido en el campo del Atlético y este encastillado en su área. El fino pase de Hummel lo recibió el talentoso Brandt en el pico del área. Se deshizo de Witsel y desparramó un zurdazo violento y cruzado que Oblak no contuvo. Mala señal. El esloveno debía ser una carta decisiva en la defensa del 2-1 de la ida.

El gol fue nitroglicerina para la enfervorizada hinchada del Dortmund. El Westfalenstadion se convirtió en una olla a presión en la que el Atlético se fue empequeñeciendo. Fue reducido a la nada, noqueado, tambaleándose, con el doble peso de la ocasión de Morata y el tanto recibido agarrotándole. Desorientado, a merced de las combinaciones en las inmediaciones de su área, recibió otro golpe por la misma guardia baja que formaban Molina y Witsel. Entre los dos se coló el liviano Maatsen por el lateral del área para plantarse escorado ante Oblak y superarle con un disparo raso y cruzado. Ahí, los académicos aconsejan tirarse en diagonal para tapar más espacio. Oblak solo cubrió su palo. No parecía su noche.

Los dos goles en contra propiciaron que Simeone tuviera que hacer una triple apuesta. Dio entrada a Correa y sentó a Morata con el golpe psicólogico que conllevaba para un nueve que había tenido en sus botas poner en ventaja a su equipo. También se quedó en la caseta el naufragado Molina para que Barrios ocupara el centro del campo y Llorente cogiera el carril del argentino. El tercer cambio fue Riquelme por Azpilicueta para darle profundidad el flanco izquierdo. Fue otro el Atlético. De unos toques en el área del Dortmund arañó un saque de esquina. Lo botó Griezmann pasado al segundo palo y lo tocó Hermoso con un cabezazo endeble que se coló tras tocar en Hummels. De nuevo, la eliminatoria a la par. Y no especuló el Atlético. A Correa se le fue un mano a mano con Kobel. Y el argentino cazó una volea alta que empataba el partido y ponía la clasificación franca para el Atlético.

El Westfalenstadion fue invadido por primera vez por un silencio sepulcral. Resucitó pronto. A una rosca delicada de Sabitzer, Füllkrug se elevó majestuoso corriendo al primer palo para con un giro de cuello prodigioso dirigir un cabezazo cruzado al palo más alejado de Oblak. Un gol que volvió a inflamar el volcánico Muro Amarillo y al resto del graderío. No le dio tiempo siquiera al Atlético a asentarse para digerir el gol. Sabitzer, el mejor junto a Brandt terminó por enterrar al Atlético entre los cascotes de un muro infernal que se le cayó encima y ya no se recuperó.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.
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