La revancha de Xavi hasta el 30 de junio
El éxito del Barcelona contrasta con el comportamiento del entrenador azulgrana. El técnico no paró de gesticular y acabó expulsado por segunda vez, desquiciado incluso con 0-1
Aunque es experto en percibir la derrota, el barcelonismo también se ilusiona fácilmente con la victoria, tanto que ahora mismo, al regreso de Madrid, no descarta progresar en la Champions y apretar al líder en la Liga después de golear al Atlético. La efectividad es tremenda: ya son cinco victorias de Xavi en cinco duelos con Simeone. El triunfo contra el Nápoles ha cargado de ilusión a un club acostumbrado últimamente a la ficción y a la nostalgia, al pasado y al futuro, sin más presente que la montaña de Montjuïc. El 3-1 europeo del pasado martes ha sido una invitación a la catarsis culé, a renovar la fe en el equipo y en un entrenador que tiene fecha de caducidad, el 30 de junio, tiempo suficiente para reivindicar su obra desde su llegada en 2021.
El calendario está repleto de retos en la Liga y en Europa. Luis Enrique aguarda en cuartos de final de la Champions y el cuadro del sorteo no descarta precisamente una cita en la final con Guardiola. Ambos han coincidido con Xavi en el Barça. Los desafíos en el campeonato español son igualmente interesantes para el azulgrana después de volver a ganar precisamente al invicto Atlético en la Liga desde la última visita azulgrana (0-1) y superar como segundo al Girona. Hay dos partidos señalados en rojo, uno en el Bernabéu y el segundo curiosamente en Girona, después que el equipo de Ancelotti le quitara el liderato al campeón y el de Míchel tomara la bandera del juego que ondeaba en el Lluís Companys.
El éxito del equipo contrasta con el comportamiento de Xavi y la dimisión de un Atlético desfigurado sin Griezmann. El técnico no paró de gesticular y acabó expulsado por segunda vez, desquiciado incluso con 0-1. Xavi se pelea con los árbitros y se enfada en la sala de prensa porque en la derrota no se advirtió el remonte de su Barça ni se reparó en su capacidad para detectar el talento de la Masia. Cubarsí, Héctor Fort, Fermín, Lamine Yamal y Casado destacaron en el Metropolitano. No estaban ni Pedri ni De Jong. La cantera, el marcador y la pegada se imponen en una versión del Barça parecida a la del año pasado cuando gobernó las áreas para ganar la Liga y la Supercopa.
Aunque al equipo le cuesta gestionar el juego, a veces demasiado rápido y en ocasiones muy lento, ha aprendido a sufrir, se ha endurecido con la crítica, como ha demostrado en Montjuïc y en el Metropolitano. No procede preguntar por el cómo si se atiende a la nómina de efectivos y a las circunstancias sino que se impone afrontar los partidos que quedan como si fueran finales para premiar a los fieles, dejar en evidencia a los que dudaron y derrotar al entorno que provocó el anuncio de despedida de Xavi. No pierde el Barça desde entonces y no quiere perder hasta que se acabe la Liga y la Champions en Wembley. El desafío exige ser más contundente que delicado para el equipo de Xavi.
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