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Ancelotti: “Bellingham tiene 20 años y parece que tiene 30. Nos sorprende a todos”

El inglés, que lleva ocho goles y tres asistencias, suma otra aportación decisiva, también en la creación, en un Real Madrid lastrado de nuevo atrás por desgracias individuales

Real Madrid - Nápoles Champions League
Bellingham marca el segundo gol del Madrid.CESARE ABBATE (EFE)
Lorenzo Calonge

Cinco horas antes, una riada de coches salidos de la ratonera del centro de Nápoles ya se encaminaba al estadio mientras en las moles de los cruceros tomaban el sol. Quizá allí, mirando al mar, hubieran agradecido la sesión de música electrónica que la estrella Joseph Capriati se soltó en los prolegómenos. A la gente del estadio le dio bastante igual. Solo les importó la megafonía cuando empezó a sonar una canción sobre Maradona, el dios pagano de la ciudad.

NAPNápoles
Nápoles
2
Alex Meret, Mathías Olivera (Mário Rui, min. 88), Di Lorenzo, Souza, Leo Skiri Ostigard, Franck Zambo (Giovanni Simeone, min. 88), Lobotka (Jens Cajuste, min. 87), Zielinski (Giacomo Raspadori, min. 74), Victor Osimhen, Khvicha Kvaratskhelia y Politano (Elmas, min. 69)
RMA Real Madrid
3
Real Madrid
Arrizabalaga, Camavinga (Ferland Mendy, min. 64), Nacho, Dani Carvajal, Rüdiger, Aurelien Tchouameni, Federico Valverde, Jude Bellingham, Kroos (Modric, min. 64), Vinicius Junior (Dani Ceballos, min. 84) y Rodrygo (Joselu, min. 74)
Goles 1-0 min. 19: Leo Skiri Ostigard. 1-1 min. 26: Vinicius Junior. 1-2 min. 33: Jude Bellingham. 2-2 min. 53: Zielinski. 2-3 min. 77: Alex Meret (p.p.).
Árbitro Clément Turpin
Tarjetas amarillas Camavinga (min. 28), Souza (min. 45), Jude Bellingham (min. 70) y Arrizabalaga (min. 88)

Un día antes y conociendo la llegada a este lugar tan único como caótico del Madrid, a más de uno se le escuchó que él ya había visto en directo en el viejo San Paolo a Jude Bellingham. Como quien se quiere colgar una medalla ante el forastero. Se referían al duelo de su selección contra Italia: 1-2 para los pross y ningún gol del cinco blanco. Aquello fue en marzo, lo que vuelve a recordar lo rápido que va el fútbol para algunos. En medio año, su nombre ha pasado de las libretas de los cafeteros a las calles empedradas de la capital de Campania.

En la contabilidad de Bellingham no hay maquillaje: si saca el cuchillo, es para rebañar algo. De sus ocho goles y tres asistencias en los nueve partidos del curso, solo el tercero al Girona podría entrar en la categoría de prescindible. El resto tuvieron valor de victoria. Al Athletic lo sentenció, y al Almería, Celta, Getafe y Unión Berlín los tumbó directamente.

Este martes, en el San Paolo, dejó otra actuación decisiva y, a diferencia de otras jornadas, su despliegue trascendió a los goles. Creó, robó, asistió, anotó y, al final, hasta taponó en la frontal un tiro amenazante del Nápoles. Él suavizó el cante de Kepa en el 1-0 con un tanto y una asistencia previos del descanso, y antes de la pedrada final de Valverde, se le escapó el 2-3 con un cabezazo a bocajarro.

“Lo que sorprende de él es que tiene 20 años y parece que tiene 30 por su carácter y personalidad. Siempre está focalizado en el partido. Esto es raro en un jugador de 20. Y luego está su fuerza y habilidad. Obviamente, sorprende un poco a todos”, admitió Carlo Ancelotti.

Más en la creación

El ex del Dortmund se apuntó una primera parte de enorme impacto en un escaparate de tanto lustre. Por lo que dice la estadística (gol y asistencia) y, sobre todo, por lo que dejó en el juego. Hasta ahora, muchas jornadas de esta temporada su mayor aportación había sido con dianas. Como si fuera poco. Pero en el Diego Armando Maradona su partido fue más allá. El inglés bajó más a la zona de creación, como un cinco de verdad (su dorsal), repartió cartas y se las robó a los locales. Como un todocampista, la palabra que utilizó para autodefinirse el día de su presentación.

“El éxito de la primera parte fue su posición, y la de Valverde y Rodrygo. Les creó dificultades al Nápoles, su presión no siempre era efectiva”, apuntó el técnico italiano sobre el mayor peso que había tenido el inglés en la cocina del fútbol blanco. En plena crecida personal, le birló un balón a los muchachos de Rudi García y le cedió la igualada a Vinicius, con quien empastó bien durante ratos. Y luego logró una gran diana rompiendo líneas ante una defensa que se fue aculando. ¿Un gol maradoniano?, le preguntaron al joven. “Es un poco demasiado”, replicó.

La noche, sin embargo, volvió a mostrar las dos almas del Madrid. La que depende de Bellingham, solucionador de entuertos, y lo que ocurre del medio del campo hacia atrás. De una forma u otra, las goteras siguen apareciendo con peligrosa frecuencia para los intereses blancos. A Kepa, que cumplía 29 años, todavía no se le podía imputar ninguna desgracia, pero en Nápoles, a los 20 minutos, dejó un gatillazo de los que levantan sospechas. Cazó moscas en un córner y Ostigard se lo hizo pagar. Luego sí dejó dos intervenciones de su catálogo, de un gato bajo palos. “Nadie es perfecto. Tampoco yo, que soy muy guapo”, bromeó Carletto. “Es formidable entre palos y sufre en el balón aéreo. No mide dos metros [1,88]”, aceptó el entrenador blanco después de ganar.

La segunda desgracia, aún con el aroma de la primera parte de Bellingham, ocurrió con Nacho. Esta vez, el VAR le castigó una mano fuera de sitio. Ancelotti, que se quejó de la pena máxima, no termina de echar el candado en su puerta. Muchas veces, por falta de tensión atrás en los arranques; este martes, por errores y desgracias individuales.

En esta ocasión, estas fallas no arruinaron la actuación de Bellingham. El latigazo de Valverde la hizo buena. “Me daba un poco de pena porque miré y no ponía Valverde [en el marcador]. Me hizo una broma un rival, de que no era mío el gol”, comentó el uruguayo todavía sobre el césped.

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