McLaren encara el día de su juicio final en Abu Dabi: el Mundial de Fórmula 1 se decide en la última carrera
La escudería británica, cuya superioridad ha sido neutralizada por un colosal Verstappen, se enfrenta a la posibilidad de aplicar órdenes de equipo en la cita decisiva


En según qué contextos, la frontera que separa la integridad del ridículo más espantoso es prácticamente inapreciable. De lo que ocurra este domingo en Abu Dabi dependerá que McLaren puede hacer bandera de lo primero, o reciba mofas por lo segundo. Nadie en su sano juicio hubiera anticipado hace solo tres meses, que el Mundial de Fórmula 1 no se resolvería hasta la última parada del calendario, y mucho menos que la escudería británica tendría opciones de perderlo en favor de Max Verstappen. El piloto de Red Bull busca completar un triple salto mortal con pirueta que le llevaría a encasquetarse su quinta corona de campeón, todas ellas encadenadas desde 2021; en un repóquer que le colocaría en el mismo plano que Juan Manuel Fangio, a la vez que le desmarcaría del trío que forma actualmente con Alain Prost y Sebastian Vettel. El talento del holandés es incuestionable porque tira de él cada fin de semana, pero en una disciplina en la que el factor humano ha quedado por debajo del mecánico, la magia no basta si uno no recibe alguna que otra ayuda. Lo curioso del caso es que, en esta ocasión, la esperanza de Verstappen la ha hecho posible McLaren.
Hasta ahora, la estructura dirigida por Zak Brown ha dejado competir libremente a Lando Norris y a Oscar Piastri, su pareja titular, sin aplicar las famosas órdenes de equipo, perseguidas por reglamento durante mucho tiempo y cuya prohibición se levantó en 2011. Como valor de marca, eso que ha hecho McLaren queda muy bien, aunque cuando uno se enfrenta a un rival de la envergadura de Mad Max, eso hace que el pulso no se dispute en igualdad de condiciones y le otorgue al corredor del búfalo rojo una ventaja estratégica considerable. De hecho, esa equidistancia dentro de la escudería de los bólidos papaya es la que, en parte, explica que Verstappen le haya recortado al líder 92 puntos en los últimos ocho grandes premios, hasta plantarse este fin de semana en el circuito de Yas Marina, a solo 12 puntos de Norris. Las matemáticas siguen a favor del chico de Somerset, a quien le basta subirse al podio para salir campeón. Un objetivo más que asequible para él si tenemos en cuenta que lo ha conseguido en 17 ocasiones de 23.
De todos los escenarios posibles, el que pondría a prueba esa paridad que McLaren tanto ha pregonado sería el que se daría con Verstappen al frente del pelotón, y que dependiera de Piastri el que Norris pudiera terminar en el cajón. En ese caso, la llave para que el cetro regresara a Woking (Gran Bretaña) 17 años después de la última vez (Lewis Hamilton) residiría en la voluntad del australiano de cederle la plaza a su vecino de taller, para que fuera él y no Red Bull quien celebrara el Mundial. “No, no se ha hablado [de las órdenes de equipo]. Y eso que me encantaría. De todas formas, no lo voy a pedir”, dijo el líder de la tabla general, este jueves, a su llegada a Abu Dabi, donde, con la boca pequeña, vino a decir que, si los papeles estuvieran invertidos, sí que estaría abierto a echarle una mano a su compañero.
“Personalmente, creo que sí [aceptaría las órdenes del equipo]. Pero realmente no depende de mí y no voy a pedirlo”, añadió Norris. “Me he visto en el lado opuesto en las categorías inferiores, y sé lo que se siente”, añadió Piastri. “Necesito que sucedan varias cosas para proclamarme campeón, pero me aseguraré de estar en el lugar correcto en el momento adecuado y veré qué pasa”, remachó el tercero en discordia, que figura a 16 puntos de Norris y a cuatro de Verstappen, que, como siempre, fue el más pragmático de todos cuando se le preguntó por esas hipotéticas órdenes de equipo: “Dentro de 20 años, el que gane tendrá el trofeo en su vitrina. Al fin y al cabo, eso es lo único que importa”.
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