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Aston Martin trabaja de madrugada para mejorar el coche de Fernando Alonso, quinto en la clasificación

La escudería británica rompe el toque de queda en Suzuka para revitalizar el automóvil del asturiano, una de las piezas clave del mercado. Verstappen logra su cuarta pole consecutiva

Fernando Alonso, durante el GP de Japón.
Fernando Alonso, durante el GP de Japón.Androniki Christodoulou (REUTERS)
Oriol Puigdemont

La salida de Lewis Hamilton de Mercedes a final de temporada generará un efecto dominó que mantiene agitados a varios pilotos de la parrilla del Mundial de Fórmula 1. La llegada del británico a Ferrari en 2025, además, coincide en el tiempo con la etapa más convulsa en la historia de Red Bull, como consecuencia de la división interna en la estructura del búfalo rojo, descubierta a raíz de las acusaciones de comportamiento inadecuado contra Christian Horner, su director, por parte de una de las empleadas de la compañía. Ambos episodios abren la posibilidad de que los campeones del mundo que se han repartido las últimas siete coronas consecutivas dejen sus monoplazas con vistas al curso que viene. Esa eventualidad, unida a la necesidad que tienen algunos miembros de la parrilla para encontrar acomodo, provoca que la mayoría de equipos estén ya concentrados en concretar las que son sus opciones preferenciales. La prioridad de Aston Martin es la de retener a Fernando Alonso, que a sus 42 años no da síntomas ni de agotamiento ni de aburrimiento.

Tras una primera experiencia (2023) vestido de verde que salió mucho mejor de lo que a priori cabía esperar –terminó el cuarto en la tabla de puntos, con ocho podios en su casillero–, el mejor resultado del español en las tres primeras paradas del calendario es la quinta posición en la que terminó en Yedda. En Baréin, el evento inaugural, Alonso terminó el noveno, mientras que hace dos semanas, en Australia, lo hizo el octavo, después de recibir una penalización de 20 segundos por un incidente con George Russell. El arranque de su segundo ejercicio en Aston Martin no ha sido tan brillante como el primero, circunstancia que la escudería de Silverstone (Gran Bretaña) pretende remediar a la mayor brevedad posible, comenzando este mismo fin de semana, en Japón. La marca favorita de James Bond desplazó a Suzuka un generoso paquete de mejoras con el que espera revitalizar el AMR24. Las novedades más relevantes se centran en el fondo plano, el difusor y los pontones laterales. Lance Stroll ya probó esas piezas en la primera jornada de ensayos, el viernes, mientras que el sábado también las recibió Alonso. Para incorporarlas, los técnicos tuvieron que trabajar durante la noche, circunstancia que les llevó a romper el toque de queda, la primera vez de las que valida el reglamento, sin sanción. El esfuerzo valió la pena si atendemos a que el bicampeón del mundo con Renault (2005 y 2006) se quedó a solo cuatro décimas del registro que llevó a Verstappen a adjudicarse su cuarta pole consecutiva –todas las que se han puesto en juego este 2024–. El ovetense arrancará el quinto (a las 07.00, Dazn), justo por detrás de Carlos Sainz, que lo hará el cuarto.

En su primer año en Aston Martin, Alonso pareció jurar amor eterno a la formación que apostó por él y que le ofreció una salida a su paso por Alpine. Ahora que existen otros destinos que pueden interpretarse como más apetecibles, esa incondicionalidad se ha atemperado. Desde los despachos, Lawrence Stroll, el principal accionista de la formación, dirige una operación que pretende recolocar su sello al nivel de Red Bull o Ferrari, cueste lo que cueste. Meses después de inaugurar la nueva fábrica, delante del circuito de Silverstone, y de haber firmado el contrato con Honda para usar los motores nipones a partir de 2026, se hizo oficial la contratación de Bob Bell, un reputado ingeniero que hizo carrera en McLaren, Mercedes y Renault, como director ejecutivo.

La expansión que pretende llevar a cabo Stroll no deja a nadie a salvo. De hecho, Autosport hizo pública hace unos días una presunta oferta que el magnate canadiense habría hecho a Adrian Newey, director técnico de Red Bull, y uno de los ingenieros más influyentes de la historia del certamen. En la F1 actual, el trazo del británico –aún trabaja con lápiz y papel– es tan determinante como la habilidad al volante de Verstappen. “Newey es un diseñador al que quieren muchos. De hecho, es a quien todo el mundo quiere tener. No creo que esta oferta haya sido la primera que le haya llegado, ni tampoco la última que vaya a recibir”, declaraba a esa misma publicación Helmut Marko, una de las figuras más relevantes del organigrama deportivo de la empresa de bebidas energéticas. Preguntado por esa hipotética operación, Mike Krack, jefe de Aston Martin, afirmó estar muy satisfecho con la plantilla de que dispone. “Tenemos un grupo técnico muy potente con Dan [Fallows, el jefe de aerodinámica], Tom [McCullough, director de rendimiento] y Luca [Furbatto, responsable de ingeniería]. Y recientemente se nos unió Bob Bell. Estamos bastante contentos con lo que tenemos en este momento”, respondió, por su parte, Krack, a los micrófonos de Sky Sports.

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