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‘Chico’ Conceiçao se lleva la gloria en la noche de Cristiano

Francisco, hijo de Sergio Conceiçao, histórico extremo de la Lazio y entrenador del Oporto, evita el empate de Portugal ante República Checa (2-1) el día que Ronaldo debutaba en su sexta Eurocopa

Francisco Conceiçao
Cristiano felicita a Francisco Conceiçao, este martes en Leipzig.ABEDIN TAHERKENAREH (EFE)
Diego Torres

La calle Peter, en el centro medieval de Leipzig, resonaba con una marcha cuyo estribillo contenía el apodo del héroe justiciero “Chico”. Avanzaba la madrugada del miércoles y los aficionados portugueses se resistían a dejar de vagabundear. Alardeaban de entusiasmo consagrados a cantarle a Francisco Chico Conceiçao, autor del gol salvador, el 2-1 en el minuto 92 del debut de Portugal contra la República Checa.

“Chico tiene su familia como todos los jugadores”, dijo en perfecto portugués Roberto Martínez, el entrenador español de Portugal, tras el partido. “Todos han recorrido un camino difícil, de mucho sacrificio familiar. Solo que es fácil que aquí todos opinen desde fuera porque todos conocemos al padre de Chico”.

Francisco es el cuarto de los cinco hijos de Liliana y Sergio Conceiçao, el mismo extremo diestro que hizo los tres goles del 3-0 el día que la segunda generación dorada de Portugal eliminó a Alemania de la fase de grupos de la Eurocopa de 2000. Son extraños los hijos de grandes futbolistas que alcanzan el grado de profesionales con parecido éxito al de sus padres. Paolo Maldini, hijo de Cesare; Sebastián Verón, hijo de Juan Ramón; Xabi Alonso, hijo de Perico; Thiago Alcántara, hijo de Mazinho; y Federico Chiesa, hijo de Enrico, han sido los casos más célebres. Esta Eurocopa alumbra el fenómeno del hijo de Sergio Conceiçao, leyenda de la selección y campeón de Italia con la Lazio que además es el entrenador de Chico en el Oporto. Una doble losa moral sobre las espaldas del vástago de 21 años, que salió extremo igual que su padre, pero zurdo, y que carga con la sospecha de gozar de privilegios inmerecidos.

“Se lo dedico a mi familia que ha sufrido mucho”, dijo el héroe, antes de irse a la ducha bañado en lluvia, en lágrimas y en transpiración, propia y ajena. Roberto Martínez aprovechó la ocasión para salir al encuentro de los críticos que insinúan que el último en entrar en su lista es un enchufado. “Francisco es un ejemplo de jugador que merece estar en la selección y ha mostrado que está preparado para ayudar al grupo”, dijo el entrenador. “Tiene una madurez increíble y un instinto para ser vertical y encontrar las líneas de desmarque dentro del área. Es nuestro espalha brasas”.

Espalha brasas, esparcidor de brasas en portugués, es una especialidad táctica. Se trata del hombre que entra en los minutos finales de partidos que necesitan un revulsivo y con su dinamismo y energía son capaces de alterar el paso a los defensas rivales, acostumbrados a unas referencias y de repente obligados a cambiarlas sobre la marcha cuando la fatiga los corroe. “Para un seleccionador, ver cómo un jugador entra desde el banquillo y muestra lo que él mostró con Pedro Neto, Semedo y Gonçalo Inácio es muy importante. Chico ha hecho lo que ha estado haciendo en los últimos cuatro meses en su equipo. Los jugadores con experiencia en el vestuario permiten hacer eso. No es fácil. Mostró personalidad”.

Francisco se curtió en casa. Rodrigo, Sérgio y Moisés, sus tres hermanos mayores, todos futbolistas profesionales, se lo pusieron difícil. Liliana, la madre, debió arbitrar un litigio permanente. El padre procuró marcar el territorio. Sergio, que acaba de rescindir su contrato como técnico del Oporto después de siete temporadas, contó una vez que cuando iba a entrenar al primer equipo y llevaba en su coche a Rodrigo y Francisco a los entrenamientos de la cantera, los dejaba a un kilómetro de la ciudad deportiva de Gaia para que hicieran el último tramo andando y así nadie les viera llegar con el primer entrenador.

De la mano de su padre, Francisco debutó en el primer equipo del Oporto en 2021. Fue cedido una temporada al Ajax y regresó el año pasado para convertirse en un extremo productivo. Fue el jugador de la plantilla que más regates completó y más centros lanzó. Este miércoles, en Leipzig, saltó al campo para meterse en el área con Cristiano Ronaldo, que a sus 39 años batió el récord absoluto de seis Eurocopas disputadas. Hasta el primer ministro portugués, Luis Montenegro, del PSD, acudió al partido con la idea de ver actuar al gran patriarca. “Fue muy emocionante descubrir entre el público tanta gente que llevaba la camiseta con el siete”, dijo al salir del palco. “¡Cristiano es un atleta formidable!”.

Cristiano se quedó sin marcar. Chico jugó sus primeros tres minutos en partido oficial y el primer balón que tocó fue adentro.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.
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