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Fabio Celestini: “Los jóvenes suizos ganan tres veces más en los bancos que en el fútbol”

El excentrocampista internacional de Suiza reflexiona sobre las particularidades del rival de España en cuartos

Fabio Celestini
De izquierda a derecha, Freuler, Widmer y Gavranovic, durante un entrenamiento de Suiza.JEAN-CHRISTOPHE BOTT (EFE)
Diego Torres

Suiza, rival de España en cuartos de final de la Eurocopa, tiene un problema futbolístico grave: se llama justicia social. Su producto interno bruto per cápita es el segundo del mundo, por detrás de Luxemburgo, y las posibilidades profesionales resultan tan amplias que los niños juegan por placer antes que por oficio.

“Aquí el problema es que todos estudian”, explica Fabio Celestini (Lausana, 1975), que fue internacional por Suiza en 35 ocasiones, militó seis temporadas en la Liga con el Getafe y el Levante, y actualmente entrena al Luzern, de la Primera División helvética. “En Suiza todos los chicos alcanzan un nivel académico bueno porque saben que si salen de la universidad para ir a trabajar van a ganar más dinero que como futbolistas. Notas que les cuesta dar el salto al profesionalismo, ese paso de la cantera al primer equipo. Porque claro, en el fútbol de máximo nivel se encuentran con que los fines de semana no pueden irse a tomar algo con sus amigos, no pueden comer lo que quieren, cuando hay pretemporada están aislados tres semanas y tienen que correr y sufrir físicamente. Entonces dicen: ‘Para qué?’. En Italia, España, Francia, Portugal… para muchos niños la única manera de tener un futuro decente no pasa por acabar el colegio sino por el fútbol”.

Celestini advierte que como entrenador de club el bienestar de sus muchachos de la cantera le obliga a trabar con ellos una “batalla” para persuadirlos de enrolarse en el fútbol antes que en la industria financiera. “Aquí”, dice, “todos los jugadores que llegan a profesionales han pasado por un primer corte: decidir simplemente si tener un buen empleo y ganar más dinero que en el fútbol. Eso en los demás países no existe. En Suiza, en un banco vas a ganar inmediatamente tres veces más que con tu primer contrato como futbolista profesional. Eso tiene una consecuencia: cuando los suizos llegan a la selección absoluta no es porque les guste el dinero ni porque sean más talentosos que otros paisanos, sino porque son fanáticos del fútbol”.

Cuando los suizos llegan a la selección absoluta no es porque les guste el dinero ni porque sean más talentosos, sino porque son fanáticos del fútbol. Remo Freuler es un prototipo

”El prototipo, que conozco de Lucerna, es Remo Freuler”, señala el entrenador. “Es un chico que toda su vida supo que sería profesional. Le daba igual lo que pasaba fuera del fútbol. Él quería ser futbolista, llegaba antes a los entrenamientos, trabajaba como un loco, le decías cualquier cosa y la hacía. No tiene grandísimas concidiones, no es un volante fino de pies —no es un Pirlo— pero en determinación no le gana nadie. Y tiene un corazón grande como todo Suiza. Con ese hambre de ser futbolista ya le gana a otros que viven en la zona de confort. Porque aquí en Suiza es lo que teneos: ¡comfort zone!”.

Freuler asumirá ante España la difícil tarea de sustituir al sancionado Granit Xhaka como enganche entre la defensa y el ataque. Celestini, que fue interior, lo sabe perfectamente: “En Suiza cuando hay problemas los compañeros no se lo piensan y le dan el balón a Granit. Para nosotros, contra un rival como España que te va a quitar el balón, ese tipo de jugador es fundamental. Porque esta Suiza necesita el balón. Su identidad se manifiesta con el balón. Si salimos a defender 90 minutos no tendremos ninguna posibilidad. Por eso Xhaka es tan importante. Porque no tiene sustitutos. Nadie en la plantilla puede desempeñar su papel”.

“El dilema de Suiza es que aunque no tenga ni a Xhaka ni a un reemplazante parecido, el equipo tampoco podrá cambiar su patrón de juego”, reflexiona Celestini. “Si lo hacemos estamos muertos. Porque Vladimir Petkovic [el seleccionador] lleva años inculcando una forma de jugar y la identidad no se puede perder. Petkovic buscará una solución táctica para que el trabajo de Xhaka lo hagan dos. Freuler —que con Xhaka desempeña un rol de acompañante— tiene que coger el mando y Saquiri tiene que venir entre líneas para coger el balón, evitar perderlo y marcar las diferencias arriba”.

Bajo la influencia del modelo de la escuela Red Bull del Salzburgo y el Leipzig, la selección helvética se organiza con un esquema de 3-5-2 con vocación ofensiva. “Si tus defensas tienen buen pie”, observa Celestini, “contrarrestar una salida con tres centrales es muy difícil para el rival porque lo obliga a emplear tres atacantes para presionar arriba”.

El dilema de Suiza es que aunque no tenga ni a Xhaka ni a un reemplazante parecido, el equipo tampoco podrá cambiar su patrón de juego

“Eso es una ventaja”, señala, “siempre que en el mediocampo tengamos jugadores como Xhaka, sin miedo a recibir el balón para ofrecer soluciones. El problema es que cuando juegas con línea de tres debes defender hacia adelante y es difícil enconrar huecos si un jugador no regatea a su contrario o no tira una pared. Ahí tiene que pasar algo. Cuando Suiza ataca es muy difícil que haya zonas desocupadas porque cubre los 68 metros de ancho del mediocampo con cinco jugadores. En las bandas los carrileros siempre se encontrarán con un marcador encima y poco tiempo para encarar porque el balón normalmente les llegará con un pase muy fácil de leer”.

El entrenador del Luzern señala la dificultad y la solución del modelo suizo: “Tenemos un orden para tener el balón, pero para entrar y hacer daño es más complicado, a menos que consigamos mover la pelota mucho entre líneas hasta que nuestros centrales se puedan ver jugando contra nadie. Si es así uno de ellos puede crear superioridades numéricas llegando al área contraria”.

Cuando contempla a la selección de Luis Enrique, el técnico descubre un paralelismo con Suiza que le proporciona una ventaja. “España no me ha entusiasmado por su juego”, dice. “Lo que veo es un grupo completamente unido desde el punto de vista humano y deportivo. Pudieron no salir de la fase de grupos, porque con las críticas individuales y colectivas que hubo contra ellos, si no hubieran estado bien no habrían pasado. ¡Ahí te quedas! Y después les pasó lo de Coracia: los empataron 3-3 y en lugar de dejarse ganar como Francia… Francia es mucho menos grupo que España. Ahí se notó. Mismo escenario, mismo partido. Si el grupo no está unido, cuando Croacia le mete el 3-3 España no gana. Francia lo perdió. ¡Y después de fallar un penalti!”.

“Claramente, en los tiempos que vivimos el factor humano es más importante”, concluye. “Si tienes que estar encerrado y hay buen rollo todo es mucho más fácil en el campo también. Francia no estaba suficientemente unida para llegar a cuartos mientras que España puede mejorar cosas, pero es un grupo unido y eso le está haciendo muy bien. Lo veo con Morata. Fallará goles pero lo vi correr, pelear, defender. Lo está dando todo. Siente el apoyo de su entrenador y de sus compañeros, y al final tiene la recompensa. Así Mbappé se fue a casa y Morata marcó un gol. Creo que esto no es casualidad. Ahí ves lo que es un grupo”.

“Suiza ha eliminado al campeón del mundo”, avisa Fabio Celestini, con una sonrisa. “Nosotros hemos hecho nuestro deber ganándole a Francia. Ahora, la que tiene que ganar este partido es España”.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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