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Tadej Pogacar mantiene el suspense sobre la Vuelta a España de 2025

El ciclista invencible continúa con su plan de ganar todas las grandes carreras del calendario, pero retrasa el anuncio de su participación en la ronda española después de intentar su cuarto Tour

Pogacar, ante los periodistas, el martes, en Benidorm,
Pogacar, ante los periodistas, el martes, en Benidorm,Manuel Bruque (EFE)
Carlos Arribas

Aunque el sol deslumbra, la brisa fría de diciembre corta el aliento en las alturas de Benidorm y la falsa Terra Mítica de Zaplana está desierta, pero no todo está perdido para las fanfarrias y el oropel, y la diversión, y los mitos de carne y hueso, pues Tadej Pogacar, ciclista de parque de atracciones, una montaña rusa hecha huesos y un poquito de carne, alojado a la entrada de las máquinas paradas en un hotel de resonancias del Egipto faraónico, ha citado a la prensa. Nadie duda de que contará que entre sus planes para el 2025 que ya alborea a la vuelta de la esquina incluirá su participación en la Vuelta a España para ganarla después de, idealmente, haber ganado su cuarto Tour un mes antes. Pero, intentando generar un suspense propio, apropiadamente, de parque temático, no habla de la Vuelta. “Empezaré, como siempre, en el Tour de los Emiratos”, dice el campeón del mundo, que impone jerarquía por donde pisa y rueda, y no deja siquiera que otro corredor del equipo cruce delante de él la imaginaria línea de meta trazada a la puerta del hotel cuando regresan agrupados de su sesión matinal de rodaje. “Después, las Strade Bianche y San Remo, mi obsesión, la menos predecible de las clásicas, la más larga, la que más me gusta, la que no logro ganar; las clásicas flamencas [E4, Gante, De Ronde], las ardenesas [Amstel, Flecha, Lieja] y luego me prepararé para el Tour, el gran objetivo del año, junto al Mundial [Kigali, en Ruanda, en septiembre], donde también defenderé el título”.

No anuncia que corre la Vuelta, lo que no significa precisamente que no piense correrla.

“Es que hasta que no conozcamos el recorrido de la carrera española, que se presenta el día 19, no podremos decidir si corre Giro o Vuelta“, precisó el director de su equipo, Joxean Matxin, quien, con tal afirmación contradice no solo las indiscreciones que deja escapar a su pesar el director de la ronda española, Javier Guillén, quien no se calla que en el 25 sí que estará Pogacar, sino que se contradice a sí mismo y echa por tierra la estrategia para hacer crecer a la figura de Juan Ayuso, el joven español que llegó para comerse el mundo y que tras debutar en 2022, a los 19 años, liderando al UAE en la Vuelta, y terminando tercero, chocó en el pasado Tour con la imponencia de Pogacar, para quien debía trabajar. “Los mejores del equipo tienen que ser líderes en cualquier carrera, y por eso Ayuso correrá el Giro”, había dicho Matxin. Y Ayuso habló investido de líder en busca de la maglia rosa. “Para mí es importante ser líder del equipo porque la presión que te pones a ti mismo tampoco es la misma”, dice el ciclista nacido en Barcelona y criado en Xàbia. “La exigencia que me puse para el Tour fue máxima porque era el debut en el Tour y quería hacerlo lo mejor posible, pero cuando depende más de ti, pues hay algo especial que también cambia un poco más y tener esa motivación de extra para mí es muy importante porque es un poco lo que llevo haciendo desde que era pequeño y sin duda es un plus que me motiva”.

Desde Italia, simultáneamente, anuncian que Jonas Vingegaard, el rival más duro en el Tour, se estrenará este año en el Giro, lo que, definitivamente, convierte en imposible la participación de Pogacar en la corsa rosa, que arrasó en 2024: ni el Giro tiene capacidad económica para permitirse acoger la revancha de los dos cracks del último Tour, ni ambos tienen necesidad ni ganas de verse en un lugar que no sea Francia.

Pogacar correrá probablemente la Vuelta de 2025 y, más probablemente aún, la ganará. Y basta recordar mínimamente la opresión ejercida por el dictador esloveno sobre el ciclismo mundial en el año que acaba —un impresionante coeficiente de éxito del 81%: 11 carreras iniciadas, nueve victorias: Strade, Volta, Lieja, Giro, Tour, Montreal, Mundial, Emilia y Lombardía; un podio: tercero en San Remo, y un top ten: séptimo en Quebec— para someterse. Imponiéndose en la carrera española, Pogacar cerraría, antes de cumplir 27 años, tachar una de las casillas que aún le faltan por completar y acceder a otro de los clubes más restringidos del ciclismo, el de los ganadores de las tres grandes pruebas por etapas junto a Jacques Anquetil, Felice Gimondi, Eddy Merckx, Bernard Hinault, Alberto Contador, Vincenzo Nibali y Chris Froome.

La prueba forma parte de la ruta para convertirse en el Merckx del siglo XXI, y el caníbal esloveno la subraya justo al mismo tiempo en el que en un hospital de Herentals, en Bélgica, los traumatólogos le operan al Caníbal belga, de 79 años, de la cadera que se rompió al caerse de la bicicleta la víspera tras patinar cruzando las vías del tranvía. En la habitación de al lado en el mismo hospital, se recupera de sus fracturas Remco Evenepoel, uno de los divos que intentan rivalizar estos tiempos con Pogacar.

Pogacar se reveló ante en mundo en la Vuelta de 2019, un muchachito con acné juvenil y cuatro pelillos en el bigote tan rubio. Aún no había cumplido 21 años y en la penúltima etapa, la que terminaba en la plataforma de Gredos, ofrece la primera muestra de su estilo único cuando ataca en las laderas de Peña Negra y se va solo, solo, cantarín, sonriente, moviendo los hombros como quien baila, a 45 kilómetros de la meta. Hace sufrir a Primoz Roglic, su compatriota veterano, que, rendido su equipo, aniquilado por Pogacar, solo es capaz de ganar la primera de sus cuatro Vueltas gracias al trabajo del Movistar para defender el segundo puesto de Alejandro Valverde en el podio. Bien se puede afirmar que en Gredos nació el estilo Pogacar, y que a la Vuelta regresará en su esplendor para rematar el trabajo.

Desde que la Vuelta se corre en septiembre, pocos corredores han intentado conseguir el doblete Vuelta-Tour, Chris Froome en 2016 y 2017 y Jonas Vingegaard en 2023, y solo el británico lo consiguió, y en su segundo intento.

La Vuelta, que partirá el 23 de agosto de Turín, se presentará el próximo jueves, 19 de diciembre, en Madrid. Atravesará por vías suaves el Piamonte hasta Grenoble, bordeando los Alpes, continuará con una contrarreloj en Figueres y tendrá como momento espectáculo el Angliru, el mito que aún no conoce Pogacar, quien en su única Vuelta acabó tercero tras ganar en Cortals d’Encamp (Andorra), Los Machucos (Cantabria) y la Plataforma de Gredos abulense, bajo la mirada feliz de Julio Jiménez.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.
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