Tiago Splitter: “Me gusta jugar como en la NBA, más rápido que en Europa”
El entrenador del París Basketball, líder de la Euroliga, habla sobre su estilo antes de recibir al Real Madrid
El entrenador más joven de la Euroliga es el entrenador del equipo líder. Tiago Splitter cumplirá 40 años el próximo 1 de enero y en su estreno como primer técnico y en su primera experiencia en un banquillo europeo dirige al sorprendente París Basketball que comanda la competición con 11 victorias en 15 jornadas. Y no solo son los resultados lo que llama la atención de un conjunto que también debuta en la Euroliga, sino el baloncesto alegre y ofensivo con aroma a la NBA. Después de ser asistente en los New Jersey Nets y los Houston Rockets, Splitter ha importado a Europa algunas líneas del librillo estadounidense. El expívot brasileño, leyenda en el Baskonia y ganador del anillo con los San Antonio Spurs en 2014, atiende a EL PAÍS antes de recibir hoy (20.30, Movistar) al Real Madrid y de volver la próxima semana a Vitoria.
Pregunta. ¿Siempre quiso ser entrenador?
Respuesta. No, la verdad es que no lo tenía claro. Sabía que quería seguir en el mundo del baloncesto, pero al retirarme sentí la adrenalina, la energía, de querer entrenar. Me retiré pronto por las lesiones y busqué alternativas. Cuando me puse a entrenar, sentí las mismas sensaciones que tenía cuando jugaba. Me enamoré de entrenar, de ayudar a los chicos a mejorar, de competir. Soy un competidor, lo fui como jugador y lo soy como entrenador, y eso es lo que más me ha llamado la atención, competir todos los días, todas las semanas.
P. En el Baskonia le dirigieron Ivanovic y Maljkovic, entre otros. En los Spurs, Gregg Popovich. ¿Este fue el técnico más especial?
R. Sí. Con él viví el momento más glorioso de mi carrera, ganar la NBA con un equipazo, Parker, Ginóbili, Tim Duncan… De Popovich aprendí cómo manejar el grupo, cómo saber llevar a los jugadores dentro y fuera del campo. Él sabía apretar dentro de la pista y tenía una mano izquierda fuera para sentir al jugador como persona. Popovich te trataba como jugador en la cancha y como persona íntima fuera. Eso es muy especial y es muy difícil de hacer.
P. ¿Lo intenta usted ahora?
R. Sí, lo intento, pero sé de la dificultad y de la confusión que puede crear eso en el jugador, que es la misma que yo tuve. Siempre me habían tratado como jugador y pocas veces como persona. Yo intento ahora que no haya confusión. Una cosa es el trabajo dentro de las cuatro líneas y otra es nuestra vida fuera de ellas.
P. Tiene 39 años. ¿Eso influye en la relación con jugadores que son cercanos a su edad?
R. No veo mi edad como un problema, sino como una ventaja, por la energía que tengo, las horas que meto trabajando. Empiezo pronto por la mañana y acabo por la noche.
P. ¿Cómo fue jugar con Tim Duncan?
R. ¡Era mi ídolo! Tenía pósters de él en mi habitación de niño, luego le veía en vídeo e intentaba hacer lo que él hacía en el campo, y al final acabé jugando a su lado, compitiendo y siendo campeones. Fue un sueño.
P. ¿Qué tipo de entrenador es usted?
R. Leo la situación en cada momento. Hay tiempos muertos en los que rompo una pizarra y tiro el bolígrafo, y otros en los que me siento con los chicos y les abrazo, les digo que hay que estar juntos y pasar un mal momento. Hay un tiempo para hacer una broma y otro para sufrir.
P. ¿Y qué tipo de baloncesto le gusta?
R. Soy un entrenador del baloncesto moderno, jugar rápido y buscar soluciones rápidas cuando la defensa rival no está encajada. También sé que hay momentos en los que hay que jugar más despacio, leer la defensa, ver la ventaja, los jugadores que tenemos, nuestras armas en ataque… Me gusta jugar más rápido de lo que se acostumbra en Europa.
P. ¿Eso es una herencia de su paso por la NBA?
R. Sí, viene de la NBA, me gusta jugar así, también porque a los jugadores que tengo les gusta jugar rápido. Si tuviera a Calathes, Marcelinho Huertas o Vezenkov, no sería el mejor estilo. Pero tengo a TJ Shorts, Nadir Hifi y a otros a los que les gusta jugar en velocidad y sacan más jugo así. Hago lo que es mejor para mi plantilla.
P. ¿Por qué eligió París?
R. Es la única oportunidad que tuve en Europa. Ser entrenador jefe en la Euroliga es un tren que hay que coger.
P. ¿Cambia tanto el juego de la NBA a la Euroliga?
R. Sí, mucho. Yo jugué en Europa, luego estuve 14 años en Estados Unidos, y me contagié de ese baloncesto. Al volver a Europa, ves que es distinto. Aquí es más de pizarra, menos espacios, los jugadores no abren tanto el campo, en la NBA las esquinas siempre están ocupadas, se juega más abierto, hay más espacio y con la cancha más grande y con jugadores de más calidad.
P. ¿Le gusta dar libertad a los jugadores o controlarles mucho?
R. Hay libertad dentro de lo que ellos hacen bien. Si Hifi da dos botes, se gana el hueco y tira de tres, él lo puede hacer, pero no otro. Los jugadores saben que dentro de su papel, unos tienen más libertad porque tienen esa calidad. Dentro de los sistemas, sí tienen libertad, pero no fuera de sus capacidades.
P. ¿Cómo se vive el baloncesto en París?
R. Está creciendo en una ciudad que es de fútbol y que tiene mucho que ofrecer de entretenimiento. En el París Basketball estamos haciendo ruido. Somos un equipo joven, de solo seis años. Estamos creando afición. Eso es muy ilusionante.
P. Con el Baskonia ganó dos Ligas y tres Copas, y tiene su camiseta con el número 21 retirada. ¿Cómo ve al equipo hoy?
R. El carácter Baskonia siempre ha estado ahí, venía de José Querejeta y todos los entrenadores lo han intentado tener. Quizás no teníamos el mayor talento, pero sí jugábamos duro y peleábamos. De eso hicimos una marca registrada.
P. ¿Y el Real Madrid?
R. Yo veo a un equipo que pese a los cambios tiene mucho talento. En todas las posiciones. Campazzo es el mejor base de la Euroliga, Tavares defiende por todos, tienen tiradores, cuatros de calidad. Vale, a lo mejor han perdido la química de tantos años juntos, pero tienen mucha calidad. Al final de la temporada estarán arriba.
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